Los pisos en propiedad bancaria, comúnmente conocidos como pisos de banco o propiedades embargadas, han sido una constante en el mercado inmobiliario en los últimos años, especialmente tras crisis económicas. Estas propiedades suelen ser el resultado de procesos judiciales en los que los propietarios originales no han podido cumplir con sus obligaciones hipotecarias. Pero, ¿son realmente una buena oportunidad de inversión? Aquí exploramos sus características y ventajas y desventajas.
¿Qué son los pisos en propiedad bancaria?
Son inmuebles que han pasado a ser propiedad de una entidad bancaria debido al impago de la hipoteca por parte del propietario original. Cuando esto ocurre, y tras un proceso judicial, el banco se queda con la propiedad para después ponerla a la venta y recuperar parte o la totalidad de la deuda pendiente.
Suelen tener un precio por debajo del mercado, lo que los hace atractivos para inversores o para quienes buscan una vivienda a un coste más accesible. Las entidades bancarias pueden ofrecer condiciones de financiamiento más favorables o flexibles para estos inmuebles. Dada la naturaleza de cómo estas propiedades entran en posesión de los bancos, pueden encontrarse pisos en propiedad bancaria en diversas zonas y de diferentes características.
Muchos de estos pisos pueden haber estado vacíos o descuidados durante un tiempo, lo que podría suponer un coste adicional en reformas o reparaciones. Adquirir una propiedad bancaria puede conllevar un proceso burocrático más largo y complejo que una compra convencional. Saber que el piso proviene de un embargo puede generar un sentimiento de incomodidad o pesar moral para algunos compradores.
Es crucial investigar el estado de la propiedad, si tiene cargas pendientes, deudas con la comunidad o si necesita reformas. Aunque el precio ya suele ser más bajo, en algunos casos se puede negociar aún más el[…]Leer noticia completa en la fuente original