Se les llama “millennials“ a la generación de los nacidos entre 1981 y 1995; son jóvenes, preparados, y están dispuestos a «comerse» el mundo. Los millennials representan la nueva fuerza de trabajo global: el 54% tiene título universitario, y ya tiene o planea tener su propio negocio. Ademas, debido a su mentalidad digital, fluida y colectiva están afectando a la manera en la que trabajaremos en el futuro. Para los millennials, el éxito es sinónimo de hacer lo que uno ama; el placer determina la dimensión de los logros profesionales. La tecnología es algo con lo que han vivido desde siempre, adoran el trabajo colaborativo y no le temen a hacerlo a distancia, han hecho de la flexibilidad y de la fluidez sus principales armas y, sobre todo, saben que el futuro no se puede predecir, mucho menos controlar, y por eso prefieren disfrutar el camino más que llegar al final.
La economía creativa, las nuevas profesiones, el boom de la actitud emprendedora y la nueva fuerza colectiva están creando un brillante e inédito escenario. No es extraño que los millennials sean tan impacientes, la frenética velocidad con la que se conectan al mundo marca el ritmo de sus relaciones laborales. Los proyectos que solo dan resultados a lago plazo no les estimulan y necesitan una retroalimentación constante para sentir que sus esfuerzos están siendo reconocidos, lo que se traduce en pequeñas recompensas a corto plazo. A estos ansiosos jóvenes tampoco les gustan las jerarquías de las compañías tradicionales, les entusiasma trabajar codo con codo con otras generaciones pero siempre desde una base de igualdad y mutuo respeto; es una cuestión de intercambiar conocimientos, no importando la edad. Aprender es lo que busca esta generación, no estudiar; descubrir las cosas por ellos mismos con métodos variados y no reglados, lo que se ha traducido en la aparición de MOOCs y otros sistemas de enseñanza abierta a distancia.
Además de tener un empleo es importante tener un propósito que pueda ser llevado adelante de distintas maneras a la vez, ya que la movilidad, el trabajar desde casa y la posibilidad de que uno mismo administre sus horarios, hacen que el trabajo esté presente en todo momento y lugar. La máxima es que quien mejor se adapta puede evolucionar con el cambio; la flexibilidad es el camino a seguir. Con todo esto, tienen una mentalidad totalmente divergente de la de sus padres, los baby boomers.
Me ha recordado esto de definir a los nacidos entre 1981 y 1995, a lo de un libro de horóscopos. En concreto creo que el autor ha hecho un copy paste de una parte de los aries.