George Soros se apiada de el drama griego, que si bien no se trata del hambre de los niños de África, es un drama socio-económico que produjo que Soros saliera a decir hace unos días que donaría un porcentaje de su fortuna en favor de los griegos más que del Gobierno heleno.
Mientras Grecia se juega ver o no, parte del desembolso del segundo rescate y de si se le concede otra quita sobre su deuda, ha aparecido el gurú, inversor y filántropo George Soros a prometer que comprometerá una importante suma de su fortuna, que volcará en ayudas al pueblo griego, debido a lo que el define como “crisis humanitaria».
Los griegos vienen soportando recorte tras recortes, ajustes, reducciones del salario mínimo, congelación de pensiones y subida de impuestos todo a la vez. El FMI y la CE ayudan a Grecia con los rescates financieros, pero que requieren como moneda de cambio cumplir el objetivo de reducir su deuda, algo que genera los sacrificios mencionados.La oferta de Soros no es arreglar el problema de fondo, que además le corresponde al Gobierno griego y a la UE, solo pretende colaborar.
George Soros es un reconocido a nivel mundial multimillonario e inversor, además de ser entrevistado por temas como la crisis de deuda de la zona euro, sobre la que opina que “está amenazando la cohesión y los ideales que hay detrás de la Unión Europea”. El mismo, en medio de un seminario en Finlandia, fue cuando señaló que puede “comprometer una importante suma de dinero” en favor de ayudar a Grecia.
Quiere aportar un alivio monetario ya que como bien dice, su ayuda “probablemente no bastará para solucionar el problema” además de que para ayudar a que Grecia salga de su crisis sería necesario un esfuerzo a nivel conjunto de la UE.
También le preocupa el caso de inmigrantes que sufrieron ataques por parte de organizaciones neonazis, por ello pretende ayudar a este colectivo y a los griegos en general, ya que se está en una escalada de odio social que solo puede verse frenada si Grecia comienza a ver signos positivos en algún lado.
Cuando se pasa de la queja social conjunta a la cazas de brujas, es decir, de inmigrantes o de un determinado colectivo como culpables de quedarse con puestos laborales por menos paga, ya es tratar de encontrar culpables dónde no los hay y dividir a la sociedad, perdiéndose de esa manera el objetivo de la queja. Y es que con crisis, los puestos laborales a los que se apuntan no son de los que uno haría si la economía marchara bien.
No se quiere volver al odio racial alentado por los partidos de derecha y los nazis, pero una cosa es acusar de mala política a los gobiernos y otra diferente es acusar llegando al odio racial a un determinado grupo de inmigrantes. Se está a tiempo de evitar lo que definen como fragmentación de Europa, y que no se rompa el concepto de Unión Europea que tanto costó lograr.