La agencia de calificación Standard & Poor´s ha mantenido el rating de España en BBB+, aunque también mantiene la perspectiva negativa, por el «fuerte compromiso con los ajustes fiscales y económicos».
S&P recuerda que las auditorías externas están analizando actualmente las necesidades de la banca, y que evaluarán sus resultados una vez que se presenten los resultados a finales de septiembre. El rating actual de España está basado en la asunción de que el Gobierno no dará más ayuda que los 100.000 millones que llegarán de Europa, y de hecho espera que las necesidades sean significativamente menores.
Su escenario base también contempla que la deuda de España se mantendrá por debajo del 80% del PIB después de 2015, una vez que asumen que los préstamos gubernamentales a la banca serán mutualizados entre todos los gobiernos de la Eurozona.
S&P explica que su rating BBB+ está apoyado por su visión de que España es una economía próspera y diversificada, con un sistema político estable, y en la actual implementación de una agenda reformista completa en materia fiscal y estructural.
En el lado negativo, la calificación está limitada por el alto endeudamiento externo del sector financiero, las obligaciones contingentes significativas y las rigideces de su economía, incluido su todavía altamente segmentado mercado laboral.