Te presentas ante inversores con ilusión, con la idea casi perfecta, con un equipo que “lo va a petar”, y sin embargo… nada. Silencio, miradas corteses, quizá un apunte de “ya lo valoraremos”. ¿Por qué ocurre eso? Porque muchas veces no es que la idea sea mala, sino que tu pitch no transmite lo que ellos realmente necesitan oír. Y ese es el salto que tienes que dar si quieres que no acabe en “gracias, seguimos en contacto”.
Lo que los inversores buscan hoy ha cambiado. Ya no basta con decir “tenemos una gran visión”. Quieren señales de que tú has pensado hasta lo que no está escrito. Quieren que les digas lo que importa con claridad, honestidad y evidencia. Así que voy a contarte cómo afinar tu discurso para que tu pitch sí emocione y funcione.
Por qué tu pitch no está funcionando
Has ensayado la presentación, los slides están bonitos, la idea suena bien… pero los inversores no se enganchan. ¿Qué está fallando? En realidad pueden estar pasando dos cosas: que lo que dices no les llegue como esperas, o que lo que escuchan les diga algo diferente a lo que tú pretendías. Estudios recientes muestran que los inversores no solo escuchan lo que dices sino cómo lo dices, porque eso revela tu forma de pensar. En concreto, usar un lenguaje que muestre que eres capaz de navegar incertidumbre, sopesar alternativas y gestionar posibilidades tiene un impacto positivo en la cuantía que puedes llegar a recaudar.
Piensa un momento en esto: si te limitas a “tenemos el mejor producto”, “vamos a cambiar el mundo”, “el mercado es enorme”, los inversores lo han oído mil veces. Lo que les genera atención es alguien que diga “este es el problema que hemos identificado, con este dato[…]Leer noticia completa en la fuente original
















