Sacyr-Vallehermoso está hoy un paso más cerca de poder refinanciar el crédito de Repsol-YPF y completar los cerca de dos años que lleva luchando por reducir una deuda que amenazaba con quebrar a una de las constructoras más importantes de España.
El motivo de este cambio de tercio es la refinanciación de los 1.430 millones de euros de Vallehermoso, la otra mitad del grupo presidido por Luis del Rivero pero, sobre todo, el problema más acuciante que tenía la compañía este año.
A grandes rasgos, el acuerdo, anunciado ayer por la compañía, ha permitido a Sacyr reducir deuda en 316 millones, que ha canjeado por suelos; aplazar cinco años el resto de sus compromisos financieros, con la posibilidad de ampliarlo hasta ocho; y conseguir líneas de crédito por importe de 250 millones con las que seguir operando en el negocio inmobiliario.
Esta inyección de liquidez va a utilizarla para intentar mantener el ritmo de ingresos del primer semestre, en torno a 200 millones, ya que eso le permitiría reducir los actuales 1.430 millones de deuda de Vallehermoso al entorno de los 800 millones.
Para entonces, Sacyr necesita haber refinanciado el crédito 5.000 millones ligado a la compra del 20% de Repsol y que vence el próximo año. La constructora cuenta con la opción de aplazarlo otro año más, hasta diciembre de 2012, una prórroga que ya ha tanteado con sus bancos acreedores, ante la evidente imposibilidad de devolverles el dinero que le prestaron.
La refinanciación de Vallehermoso es un auténtico balón de oxígeno de cara a este nuevo round, sobre todo, a la hora de discutir los detalles y condiciones de la refinanciación, como una nueva inyección de capital por importe de unos 200 millones de euros que están pidiendo algunas entidades.
Una opción que la constructora tiene sobre la mesa, consciente, como el resto de grandes grupos constructores, que está abocada a reforzar sus balance. Ampliar capital o emitir bonos son las dos posibiliades que contempla Luis del Rivero para negociar con sus bancos acreedores. Pero, el importe definitivo de un operación de este tipo es vista ahora con otros ojos.
Además, Sacyr todavía tiene en el banquillo la venta del 9,95% que todavía posee en Itínere, la búsqueda de un socio en Sacyr Concesiones, y continuar con las ventas parciales de participaciones en sus autopistas y hospitales.
Todos estos movimientos irán dirigidos, en primer lugar, a eliminar la deuda corporativa de la sociedad, que actualmente ronda los 510 millones de euros. El resto de sus esfuerzos se centrarán en refinanciar Repsol. Una vez conseguidos estos dos objetivos, parece que la constructora podrá respirar tranquila hasta diciembre de 2012.