Una visita al banco puede ser la mejor forma de ver ‘lo que se cuece’ en el ámbito de la inversión para particulares. No se trata de hacer caso a pies puntillas de lo que planteen desde la entidad, sino de escuchar sus propuestas para ver si hay alguna opción que no hayamos tomado en cuenta en nuestro planteamiento general. Y es que a pesar de que las sucursales bancarias se asemejan cada vez más a oficinas comerciales, todavía existen directores y asesores que, dentro de unos límites, se preocupan porque sus clientes obtengan partido de su dinero o por lo menos proponen alternativas de inversión con sentido.
Esto es precisamente lo que ocurrió en nuestra última visita a una sucursal de Banco Santander, al que planteamos alternativas de inversión conservadoras. Su primera respuesta tras constatar que el Depósito Ganador no estaba disponible, fue el Depósito Ganador Europa, un garantizado en el que parte de la retribución depende del Eurotoxx 50. Sin embargo, lo que más me sorprendió de la visita fue la oferta del Plan de Ahorro Garantizado de Santander, que ofrece una rentabilidad del 2,05% TAE y las palabras de la directora asegurando este producto se ha convertido en una alternativa real para inversores a partir de 30 años, así como su recomendación de acudir a este tipo de activos en lugar de planes de pensiones, donde explicó que los usuarios no solían quedar del todo contentos en el momento del rescate.
En realidad, este producto es un Seguro de Ahorro, que en este caso permite el rescate a partir del segundo año, periodo en el que se mantiene el tipo de interés prefijado. A partir de ese momento es la propia compañía (el Banco Santander o al aseguradora que gestiona el producto) quien se encarga de determinar el tipo de interés de forma semestral. En este caso, el interés pactado ya descuenta las primas que deben pagarse en cualquier seguro. El Plan de Ahorro Garantizado de Santander cuenta además con un seguro en caso de fallecimiento. La contribución mínima es de 25 euros al mes.
Pero al margen del producto de Santander, lo que resulta más curioso es la tendencia detectada por esta sucursal respecto al interés por los Seguros de Ahorro como fórmula de inversión a largo plazo en contraposición a los planes de pensiones. En concreto, hacía referencia a los ahorradores más jóvenes, que verían en este producto una fórmula de ahorrar para el futuro obteniendo una rentabilidad en línea con el resto de alternativas que propone el banco.
Otra cosa es que realmente resulten atractivos los seguros de ahorro. En primer lugar, debemos tener en cuenta que se trata de un seguro por mucho que esté destinado a inversión. La operativa de estos productos suele ser relativamente sencilla: el producto asegura rendimiento final que se fija en el momento de la contratación y una duración determinada (aunque cada vez proliferan más los seguros sin vencimiento). El ahorrador hará aportaciones periódicas al seguro de ahorro de forma que irá acumulando capital a la póliza.
Las ventajas frente a los planes de pensiones tradicionales reside en la liquidez de los seguros de ahorro, en los que se puede retirar el capital al cabo de dos años frente a la jubilación que exigen los planes de pensiones.
En el caso de los depósitos tradicionales -con los que comparten ahora mismo el tipo de interés que ofrecen-, la ventaja reside en que se pueden hacer aportaciones periódicas que también estarán sujetas al tipo de interés pactado, de forma que hasta cierto punto podría considerarse un ‘depósito no cerrado’ -algo parecido a lo que ocurre con las cuentas remuneradas-.
En cuanto a la fiscalidad de los seguros de ahorro, es la misma que para el resto de seguros de inversión. Las ganancias obtenidas tributan como el resto de rentas de ahorro -19% para los primeros 6.000 euros y el segundo del 21% para el resto del capital-, con la diferencia que sólo es necesario tributar en el momento de rescatar el dinero.