¿Grecia reestructura su deuda a lo Argentina?

Tras varios años después que Argentina acaparara los titulares de todos los diarios del mundo debido a su crisis económica, e igualmente sigue siendo para un espejo en el que mirarse cuando un país se encuentra ante una situación parecida.


Por estos días volvió a recordarse cómo Argentina presentaba su profunda crisis y la fórmula utilizada para salir de la misma, viendo las crisis de Irlanda, Portugal y Grecia llegado el caso de cómo pagar sus deudas en especial Grecia se refleja en lo ocurrido en Argentina.

Recordemos que lo que fue planteado como una solución por el FMI, es decir achicar el déficit público a través de bajar el gasto público y aumentar los impuestos, no logró otra cosa que apretar más el cuello de un país hundido y llevarlo a la deriva.

La crisis económica arrastró una crisis política, y de la mano de un nuevo gobierno democrático, el de Néstor Kirchner fue buscándose una solución definitiva al problema de la deuda. Claro que la solución fue favorable solo para Argentina en ese momento, quienes hayan padecido la quita de entre el 70% y el 80% del valor nominal de los títulos que poseían por deuda argentina (muchos italianos y americanos) recordarán con furiosa bronca la toma de decisión del gobierno argentino de reestructurar su deuda a base de la quita.

Grecia vive por estos días, la incertidumbre de reestructurar la deuda para salir de la crisis. Aho ¿qué implica reestructurar la deuda? En principio, renegociarla, cambiar las condiciones, extender los plazos, para ganar tiempo, recuperarse y poder cumplir en el nuevo plazo, con todas las obligaciones.

Pero ¿qué hizo el gobierno argentino? En los años previos al default decretado en 2001, el FMI y demás organismos de préstamos habían reestructurado la deuda argentina elevando los plazos de pago, y a la vez subiendo exponencialmente la misma con tasas altísimas. Obviamente sin mejoras en la situación económica y encima con una deuda más alta aún, y por más plazos que se le otorgara, los incumplimientos se repetían. Es por ello que se decidió declarar en default al país y no pagar más deuda además de considerarla injusta. Esto es lo mismo que dictarse la quiebra, lo que sobrevino es la encrucijada entre no cobrar nada por los títulos públicos del país en quiebra y cobrar algo, debieron muchos de los tenedores de títulos firmar la aceptación de la quita de entre el 70 y el 80% que hizo el gobierno argentino de Néstor Kirchner.

Pasados esos años, son muchos los que aún reclaman, aunque se calcula que más del 80% de la deuda en dichas condiciones ya fue negociada.

Traído este hecho a la actualidad se debe a que se teme, con esta nefasta experiencia, es el que el gobierno de Grecia al entablar su reestructuración de la deuda, opte por hacerlo a lo Argentina y en términos similares, para Dominique Strauss – Khan, director gerente del FMI, no existe posibilidad que se lleve a cabo una reestructuración basada en la posibilidad de que Grecia no pudiera hacer frente al pago de su deuda.

Argentina todavía sufre las consecuencias de aquella jugada histórica, en especial la consecuencia fue y es el no haber logrado volver a los mercados de crédito internacionales, con sus títulos que cotizan al 30% de su valor nominal. Más allá de esto, el gobierno argentino ha cumplido con sus obligaciones y sus títulos públicos, se mantienen como una inversión segura y rentable.

Si pusiera sobre la mesa los pros y los contras de reestructurar a lo Argentina, Grecia debería decantarse por sufrir las consecuencias o de guiarse por las fórmulas y consejos de un organismo como el FMI que no da consejos sin un interés detrás como el favorecer a ciertos mercados y sectores.

Por lo que si elige ser como Argentina, deberá luchar contra desaires de los demás países que no vean con buenos ojos esta fórmula y de los mercados.

Grecia actualmente posee créditos de 110.000 millones de euros que han sido otorgados por el FMI y la UE, por lo que muchos descartan que vaya a elegir la fórmula Argentina.

Por lo que, Grecia debería solicitar una extensión de plazos además de llegar a un acuerdo voluntario con los acreedores que cambien los plazos del pago, esto evitaría una potencial quita de su deuda. Lo que sí podría imitar, es la fórmula aplicada por otro país sudamericano como Uruguay, que durante 2005 logró acordar con los tenedores de bonos garantizar la devolución del nominal.

Para el primer ministro griego, Georgos Papandreu, ese será el plan a implementar: que Grecia tenga que acudir a los inversores y plantear la extensión de los pagos en un período más largo e incluso pedir un interés más bajo, pero garantizando siempre que la gente va a recuperar su inversión.

Por ahora parece claro que Grecia intentar aclarar que reestructurar no es dictar la quiebra de su deuda e imponer condiciones, sino negociar las mismas. Aunque seguramente al renegociar la misma, no será la propia Grecia la que salga ganando, sino los especuladores de siempre. ¿O eso solo sucede con los tenedores de deuda de los países del tercer mundo?

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