La personalidad determina el empleo ¿Cuál es el tuyo?

La personalidad adecuada para un trabajo depende del puesto y del momento; lo mismo vale para los emprendimientos personales.  Sin embargo, algunas características personales jugarán a favor o en contra.


Es indispensable  saber cuáles son nuestras cartas, con una absoluta sinceridad, e intentar elegir actividades afines con esas caracteristicas naturales.

Cuanto mayor sea la cantidad de rasgos personales compatibles con los que requiere la actividad, se evita pelearse con el trabajo o con uno. Por el contrario, cuando la actividad requiere de nuestras habilidades se pueden expandir las  cualidades naturales, sentirse realizado, valorado y útil al proyecto.

Caraterísticas sobresalientes:

Detallismo: Hay trabajos, ocupaciones, oficios,  que requieren de una precisión y de una atención, del control del orden, de la prolijidad. Personalidades perfeccionistas son ideales para este tipo de puestos.
Bibliotecarios, ingenieros, contadores, secretarias, organizadores de eventos son trabajos que requieren de puntillismo.

– Introversión: hay actividades que implican estar  frente a una computadora por horas sin hablar con nadie, trabajos de concentración extrema que implican muchas horas de silencio y soledad.
Informáticos, transportistas, técnicos en general.

– Creatividad: en la vereda opuesta están los “colgados” personas que son muy creativas pero que no tienen el poder de atención por mucho tiempo. Por el contrario estas personalidades sirven para inventar lo que no está inventado, para innovar, para manejarse en el terreno de la ilusión, de un mundo paralelo.
Publicistas, productores, periodistas, guionistas, locutores, diseñadores

Intelectualidad: hay personalidades mas “mentales” que “físicas”. Personas cuya actividad pasa  por las ideas en lugar de por las actividades.  Por el contrario las físicas necesitan gastar sus energías moviendose, sea de un lado al otro o haciendo alguna actividad que implique el uso del cuerpo.

El peligro de hacer caso omiso a estos rasgos naturales es la insatisfacción y la desmotivación. Es una suplicio para los jefes que deben lidiar con una personalidad que está enojada e incómoda y para los empleados que deben padecerlo.

Si a un creativo lo ponen a trabajar en un área de trabajo detallista estará condenado al fracaso, los jefes intentarán convertirlo en algo que no es, sufrirán ellos por el trabajo mal desempeñado y los creativos por sentirse acorralados.

Estas personas, si se las pone en un area de trabajo sistemático o donde no pueda usar su caudal intelectual se sentirá frustrado. Por el contrario a una personaa la que le gusta moverse, ponerlo  9 horas sentado es una tortura.

Buscar un trabajo que va en contra de nuestra propia esencia lleva indefectiblemente a la sensación del trabajo como un castigo en lugar del lugar de desarrollo en el que, al fin y al cabo, uno está mas de la mitad de su dia.

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