Las desigualdades entre ricos y pobres alcanzan el nivel más alto en 20 años, según Save The Children

Los ricos son más ricos y los pobres más pobres, si además esa  comparación se hace entre niños las diferencias alcanzan el nivel más alto de desigualdad en los últimos 20 años. Esta es la principal conclusión a la que ha llegado un informe realizado por la ONG Save The Children, titulado Born Equal (Nacer en igualdad).

El estudio se ha realizado en 34 países de todo el planeta analizando datos desde los años noventa del siglo pasado hasta la actualidad. Según esos datos la distribución de la pobreza en todo el planeta ha cambiado considerablemente. Mientras que en 1990, el 93% de las personas en situación de pobreza que había en el mundo vivían en países con bajos niveles de ingresos; en la actualidad el 70% de los más pobres viven en países con ingresos medios. El siglo XXI ha cambiado radicalmente la tendencial. Y ahora, según Save The Children, la solución ya no está en ayudar a determinados países sino en redistribuir la riqueza en estos países, y «trabajar para reducir las, cada vez mayores diferencias entre ricos y pobres».

Pero si la situación ya es alarmante entre la población en general, se extrema cuando se analiza sólo a los la población infantil. «La brecha entre los niños pobres y los más ricos son considerablemente mayores que los huecos entre los adultos, lo que sugiere que los niños experimentan un efecto de desigualdad ampliada». Y ,lo que es peor, las diferencias van en aumento», advierte el informe.

Desde la década de 1990, hasta ahora, la diferencia entre los niños más ricos y los niños más pobres ha crecido un 35%. Además, en el 20% de estos países las ganancias de los pobres han bajado considerablemente durante este periodo, lo que afecta, sobre todo, a las condiciones en que crecen los menores.

El único dato positivo que aporta el informe es el avance en la reducción de la mortalidad infantil. Efectivamente en 2012 mueren menos niños de lo que hacían en 1990 aunque muchos de ellos sobrevivan en condiciones de pobreza más extrema de lo que lo hacían hace 20 años. Aunque por supuesto las desigualdades continúan en función de los ingresos, por ejemplo. Por ejemplo, el informe destaca que en Tanzania, la mortalidad infantil entre la población más rica, cayó 135 a 90 por cada 1.000 nacimientos durante el período de investigación, mientras que entre los más pobres apenas se vio ningún progreso con una caída modesta de 140 a 137 por cada 1.000 nacidos.

Desde Save the Children aseguran que, a pesar de la crisis mundial, este es el momento adecuado para que los países de conciencien de que hay que cambiar la lucha contra la pobreza y trabajar en reducir las diferencias entre ricos y pobres también en los países de ingresos medios. Recuerda la organización que 2015 está a la vuelta de la esquina y según los compromisos adquiridos por los Objetivos del Milenio ese es el año en que el mundo se propuso acabar con la pobreza.

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