Para Alemania, una moneda débil ha sido un boleto para la prosperidad. El país necesita no sólo el euro, sino que también necesita a los miembros más débiles de la zona euro para poder subsistir. La salida de los miembros más débiles de la eurozona no resolverá los problemas económicos del continente. Un movimiento audaz podría causar más daño a los principales miembros del euro, sobre todo, impulsado por la caída en las exportaciones de Alemania. Un esfuerzo coordinado para compartir el dolor parece ser la mejor opción por ahí, pero no está claro cuánto dolor están dispuestos a tomar los países centrales de Europa.
La integridad de la zona euro ha sido considerada como algo sagrado por los miembros de su núcleo a lo largo de la ejecución de la larga crisis de deuda Europea. La idea de que un miembro de la zona, como Grecia, tenga que ser expulsado del grupo de la moneda común se descartó rápidamente por los principales políticos de los estados miembros centrales, como Alemania y Francia.
Hace dos semanas, los líderes de Alemania y Francia dieron a entender que podríamos imaginar un escenario en el que Grecia se le permitiría salir de la moneda común. El presidente francés, Nicolás Sarkozy, llevó el tema un poco más allá la semana pasada cuando dijo que él podía imaginar un doble camino de Europa, donde los miembros fuertes de la Unión Europea crecerá más, mientras que los miembros más débiles quedarían en el fondo.
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