Los ministros de Economía de la eurozona y el Banco Central Europeo (BCE) no han logrado este lunes acercar posturas sobre el segundo rescate para Grecia y, en particular, sobre la contribución de la banca privada, y han aplazado el acuerdo para septiembre, lo que podría agravar las turbulencias en los mercados.
Alemania y Países Bajos han insistido en que la participación del sector privado constituye una «precondición» para el segundo rescate y debe ser sustancial aunque las agencias de ‘rating’ la consideren impago. Por su parte, el BCE «ha confirmado su posición de que hay que evitar cualquier impago selectivo o evento de crédito» que desencadene los seguros contra el impago de la deuda (CDS, por sus siglas en inglés), según consta en el comunicado final.
El BCE y algunos países como España consideran que cualquier declaración de impago agravará el riesgo de contagio de la crisis a otros países de la eurozona.
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