El expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, no ha rehuido la tensión política durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados para explicar la situación financiera de Bankia durante el tiempo que él fue su presidente.
Tras una larga explicación técnica sobre su gestión ha asegura que se fue por discrepancias con el plan que tenía el Ministerio de Economía. Es decir, con el que hace años fuera su segundo de abordo Luis de Guindos. Esta mala relación es un secreto a voces en el Partido Popular y eran muchos los que esperaban que Rato no entrara a ese trapo, pero lo ha hecho.
El que fuera expresidente de Bankia ha asegurado que su plan para recapitalizar la entidad «era el mejor» para los accionistas y los intereses de la compañía. Además, de más barato. «Podría estar equivocado, pero no iba a elaborar otro porque en el que creía era en ése», ha dicho Rato, tras subrayar que las cosas hay que hacerlas por «convicción».
A pesar del rechazo de su plan y su posterior dimisión, el expresidente ha asegurado que no ha tenido ningún enfrentamiento con nadie, ni con las autoridades, ni con los auditores de las cuentas. «Yo he resulto problemas», ha dicho.
Rato ha esquivado responsabilidades en la catástrofe financiera de Bankia incluida su salida a Bolsa. Una y otra vez se ha referido a que las autoridades financieras y los auditores autorizaron todo las acciones realizadas.