El ahorro no se basa sólo en gastar menos, sino en una correcta gestión de nuestras finanzas personales. Dentro de esta categoría se incluye el indiscutible protagonista de la actual crisis financiera: la deuda. Aprender a endeudarse es una de las claves para mantener una buena salud financiera, pero como no siempre es posible hacerlo y no disponemos de una máquina del tiempo, nada mejor que conocer las fórmulas para reducir deudas de mantera eficiente.
Si hay que apuntar una causa de la crisis económica esta es la deuda: de las familias, los estados y las empresas. Todas han caído en la tentación de gastar por encima de sus posibilidades. Endeudarse no es malo por sí mismo, pero debe hacerse con cabeza, en base a un plan predeterminado y con arreglo al presupuesto familiar. Por desgracia no todos lo han hecho así y ahora ven como las deudas se comen buena parte de sus ingresos mensuales e incluso puede que todos.
Además de ahorrar en los presupuestos y el consumo, se puede salir de esta situación con una correcta gestión de la deuda. Es decir,planificando como se van a eliminar las deudas contraídas. En esta ocasión os proponemos un método muy extendido en Estados Unidos y conocido como debt snowball que permite terminar con la deuda de forma ordenada y pagando la menor cantidad de intereses posible.
Para ponerlo en práctica bastan cinco pasos:
- Identificar todos los préstamos. Como a la hora de elaborar un presupuesto básico hay que empezar por recabar información, que en este caso es la que forman el total de las deudas contraídas. Aquí habrá que incluir desde la hipoteca, hasta el préstamo para el cochepasando por las tarjetas de crédito y cualquier otro préstamo rápido.
- Listar y ordenar los préstamos. Con las ideas claras, habrá que ordenar los préstamos, algo que haremos con dos clasificaciones: en función de los intereses a pagar y del dinero restante por amortizar. Existen dos estrategias diferentes para el pago de la deuda. La primera consiste en pagar los préstamos en orden descendente según los tipos de interés que cobran (del mayor al menor) y la segunda en devolverlos en orden ascendente por cantidad que resta por pagar (de menor a mayor). Desde un punto de vista exclusivamente financiero lo óptimo es pagar primero la deuda más gravosa, entendida como la que mayor combinación de intereses y costes administrativos supone. Sin embargo, esta no siempre es la que antes terminará de pagarse y por eso en ocasiones es recomendable ir a por la deuda más pequeña a modo de aliciente e incentivo moral.
- Rehacer el presupuesto familiar. Una vez identificados los gastos más gravosos habrá que rehacer el presupuesto familiar y de la deuda de forma que destinemos el mínimo al pago del resto de préstamos (algunos créditos, especialmente los asociados a tarjetas de crésdito, permiten cambiar las cantidades que se abonan mensualmente).
- Pagar la deuda seleccionada. El dinero sobrante de ese presupuesto de deuda y el que podamos ahorrar recortando otros gastos se destinará a pagar la deuda seleccionada (la de tipos de interés más altos, en principio).Si fuese posible estableceremos un sistema de pagos mensual, aumentando la cuantía a devolver cada mes. En caso contrario, se irá ahorrando ese dinero hasta juntar una cantidad aceptable para llevar a cabo amortizaciones anticipadas.
- Repetir la operación. Una vez hayamos pagado la primera deuda se procederá al pago de la segunda siguiendo la misma rutina hasta acabar con todas.
Estamos ante un método relativamente sencillo pero que exige ser meticuloso y, sobre todo, disciplinados en la gestión de capital, pero precisamente eso es lo que debería buscar cualquier que empiece a verse consumido por la deuda.