La teoría es simple: si pagamos el dinero que debemos, nos volverán a prestar. Así que para poder devolverlo, recortemos gastos. A toda costa y de donde sea.
Podemos gustarnos o no la teoría. Pero, ¿funciona? Para contestar a esta pregunta ya hay tres países de la eurozona que empezaron hace al menos un par de años los recortes masivos. Veamos lo que ha ocurrido en cada uno de ellos desde que la tijera lo invadió todo (cifras en miles de millones de euros):
Antes del rescate |
Después del rescate |
||||||
PIB |
Paro |
Deuda |
PIB |
Paro |
Deuda |
||
Grecia |
61 |
10.2% |
298 |
51 ↓ |
23.1% ↑ |
355 ↑ |
|
Irlanda |
39 |
12.9% |
104 |
39 = |
14.9% ↑ |
169 ↑ |
|
Portugal |
44 |
12.4% |
161 |
40 ↓ |
15.7% ↑ |
184 ↑ |
|
España |
1073 |
25.1% |
800 |
? |
?? |
??? |
En resumidas cuentas, desde que nuestros vecinos iniciaron los recortes más intensos, podemos concluir que tras un rescate el PIB cae, mientras que el paro y nivel de deuda aumentan. Justo el efecto contrario que se buscaba: ¡un plan para reducir la deuda que acaba produciendo más deuda! Y lo peor es nuestro punto de partida: aún no nos han rescatado.
Quizá en Europa seamos un poco masoquistas con tanto recorte. Hay voces que abogan por estimular la economía aumentando el gasto y la inversión, endeudándose más, sin complejos. Es lo que han intentado al otro lado del Atlántico. Allí, los EEUU cuentan con su propio banco central, la Fed, que ya camina un paso más allá de nuestro BCE: se han atrevido a comprar directamente la deuda emitida por su gobierno, imprimiendo tanto dinero como sea necesario, sin límite. En otras palabras, viendo lo malo que es el alcohol (exceso de deuda), en EEUU están intentando dejar su adicción a la bebida… ¡bebiendo todavía más! Veamos si les ha funcionado: (cifras en miles de millones de dólares)
Empieza la crisis (2008) |
Un poco después (2012) |
||||||
PIB |
Paro |
Deuda |
PIB |
Paro |
Deuda |
||
EEUU |
14.400 |
5.8% |
10.000 |
14.400 = |
8.1% ↑ |
15.000 ↑ |
Vaya, parece que intentar curar la adicción a las drogas tomando más drogas tampoco funciona. Y sin embargo, se insiste aquí en intensificar los recortes y allí en generar más deuda. Una deuda que es ya impagable. Algo no encaja. Parece como si hubiera un pasajero oculto que los gobiernos tienen que satisfacer en secreto, independientemente del partido que esté en el poder. Algo que es mucho más importante y urgente que el bienestar o la supervivencia de sus ciudadanos.
La situación me recuerda terriblemente a una escena de la película “Alien” (Ridley Scott, 1979). Tras introducir un peligroso extraterrestre en la nave Nostromo, la tripulación corre peligro de ser exterminada por el nuevo pasajero. La Capitán de la nave, Ripley, consulta entonces qué debe hacer a «Madre», el ordenador central. Ripley está muy preocupada porque teme por la supervivencia de su equipo.
Madre, insensible al dolor y sufrimiento ajenos, despeja las dudas de Ripley con total frialdad (y honestidad):
La preservación del alien es prioritaria.
Cualquier otra consideración es secundaria.
Tripulación sacrificable.
Parece que los gobiernos llevan años escuchando más a una especie de ordenador central, que a los propios ciudadanos que les hemos puesto en el poder. Una extraña sensación flota en el ambiente, como si un alien se hubiera escondido en nuestra particular nave económica y social: somos sacrificables.
Como ciudadanos, quizá deberíamos hacernos una pregunta clave: ¿por qué políticos a un lado y otro del Atlántico se empeñan en llevarnos por caminos que no funcionan?
Marcos Pérez
@speculated
www.especular.com