Los precios del café se han visto sumidos en el letargo durante un largo periodo. Desde hace un tiempo, la cotización del café se ha movido en un rango lateral bajista que tornaba indiferente su potencial para invertir y hacía que los inversores se volviesen hacia otro tipo de materias primas agrícolas.
Sin embargo, en las últimas semanas se ha producido un cambio que devuelve al café al ruedo y provoca de los inversores vuelvan a prestar atención a su comportamiento.
Entre el 60% y el 65% de la oferta mundial de café es cubierto por la variedad Arábica, producida esencialmente en América Latina. Este café es cultivado a gran altura, por lo que resulta más refinado y aromático. Esta variedad es la que suele alcanzar los mejores precios.
El café Robusta representa más del 35% de la oferta mundial. Esta variedad se produce más fácilmente, es más resistente a las enfermedades y puede crecer en tierras más bajas. El Robusta se vende a mitad de precio que el Arábica, y se emplea a menudo como relleno en mezclas.
Ante los rumores de que las reservas de café, en su variedad arábiga, están cercas de agotarse, los inversores se han lanzado al mercado tratando de hacer acopio de esta materia prima.
Esto ha impulsado no sólo a la variedad precedentemente mencionada, sino también ha significado un empujón para el café robusta, variedad que se caracteriza por ser menos aromática que la anterior.
Así la cotización del café ha experimentado un alza, que marca un rebote del 16% en lo que va del año. En las últimas sesiones, incluso, ha tocado máximos de 1.595 dólares por tonelada, cifra que no se alcanzaba desde marzo de 2009.
Sin embargo, para quienes no aprovecharon esta revalorización, aún queda tiempo. Los expertos le otorgan aún un potencial de crecimiento del 0,31%, hasta los 1.600 dólares.
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