Es una evidencia que para la inmensa mayoría de las pequeñas y medianas empresas, tanto nuestro país como a nivel internacional, la incorporación de las nuevas herramientas que la tecnología provee, hasta ahora fundamentalmente las relacionadas con las tecnologías de la comunicación a través del canal de Internet, se han convertido en elementos imprescindibles en el desarrollo empresarial a los que, obviamente, ya no se puede renunciar en un escenario completamente nuevo en relación a hace tan sólo 15 o 20 años.
Sin embargo, y de manera independiente este desarrollo tecnológico de los sistemas de comunicación, otros elementos y herramientas innovadores han ido creciendo tal vez a la sombra del impacto mediático que todo lo que se refiera a internet obtiene, un buen ejemplo de ello es la impresión en 3D.
A la hora de valorar la importancia (enorme) que la implantación de los sistemas de impresión 3D pueden llegar a tener en las pymes debemos partir de las opciones que estas herramientas nos ofrecen; opciones que en su punto de arranque básico pasando nada menos que por la posibilidad de crear objetos y dispositivos de manera personalizada y propia, objetos y dispositivos que en muchas ocasiones hasta ahora solo estaban al alcance del diseño industrial y de la producción industrial.
Las posibilidades reales de la impresión 3D son realmente enormes; tengamos en cuenta que no estamos hablando de la generación de objetos físicos inermes sino de la posibilidad real de creación de dispositivos funcionales, algo que hasta ahora se ha probado en sectores complejos como la automoción o incluso el sanitario.
Desde esta perspectiva, y por ejemplo lo que las pymes atañe, nos encontramos ante lo que a todos los efectos y en función de la evolución futura o de convertirse en una revolución de los procesos de fabricación industrial, ya que a través de esta herramienta podemos acceder a la creación y personalización de prácticamente cualquier objeto (así como obviamente a su copia).
En la actualidad los diferentes modelos de impresoras 3D (más de una veintena en comercialización) se pueden considerar un arranque incipiente de las posibilidades a futuro de este sistema, donde aún los procesos se limitan a piezas de tamaños medios o pequeños y la precisión es la gran batalla a mejorar, sin embargo la puerta ya está abierta y el futuro y la evolución de estos procesos de impresión parece sin duda muy atractivo.