Los servicios de facturas estimadas, muy extendidos en los últimos años en los distribuidores de energías, se pueden entender como un modelo relativamente cómodo para ambas partes (distribuidor y usuario) de generar la facturación del consumo de energías a partir de las estimaciones creadas con el punto de salida de las lecturas reales de consumos del usuario.
Esta comodidad puede generar, y de hecho lo hace, la recepción por parte del usuario de facturas a la baja, efectivamente, pero también, y en mayor medida, de facturas al alza sobre todo cuando tratamos de poner en práctica políticas de ahorro energético en nuestro hogar; ya que insistimos se trata de estimaciones sobre consumos pasados.
Es cierto que las correcciones, en ambas direcciones, serán aplicadas en facturas futuras, sin embargo desde el citado punto de vista del ahorro, cuando tratamos de poner en práctica un plan de ahorro doméstico, no resulta excesivamente práctico este baile de ajustes, por ello existen opciones al alcance del usuario para modificar el modelo de factura estimada y trasladarlo a lectura real.
Opciones de lectura real de consumos
A fecha de hoy prácticamente todos los distribuidores de energía nos van a ofrecer posibilidad para ajustar nuestro consumo y emitir facturación de lecturas reales, para ello en cualquier caso siempre será necesaria la intervención del usuario.
Desde las propias plataformas web de los distribuidores podemos obtener no sólo la información necesaria de cómo insertar nuestras lecturas reales de consumo, sino también la posibilidad de hacerlo en la propia plataforma.
La vía telefónica es otro camino abierto que además resulta muy práctico y puede ser en la mayoría de los casos formalizado rápidamente; debemos tener en cuenta que obviamente estas lecturas acabarán siendo contrastadas por las lecturas oficiales de la entidad.
Como dato interesante de la importancia de las nuevas tecnologías también en este aspecto, cabe destacar la posibilidad cada vez también más extendida, de realizar lo que se llama el fotocontador, que no deja de ser algo tan relativamente simple como realizar con nuestros propios dispositivos móviles una fotografía de la lectura corriente y enviarla al distribuidor a través del canal facilitado a tal efecto.
Por último también resulta muy destacable la unión de todos los elementos anteriores a través de las aplicaciones propias para dispositivos móviles, lo cual genera otro canal más de comunicación entre el usuario y el distribuidor a través del cual poder enviar nuestras lecturas reales.
En definitiva, y sobre todo para aquellos usuarios que se encuentran en un proceso de reajuste de sus economías domésticas, en el cual el control de gastos resulta fundamental, la facturación sobre lecturas reales es recomendable y requiere tan sólo de un mínimo esfuerzo por parte del usuario.