Se veía venir o al menos apuntaban las previsiones en lo que parece dirección correcta, es decir, en la confirmación del crecimiento tanto del volumen de turistas como del nivel de ingreso generado por dichos turistas en función de un aumento sensible del gasto medio realizado durante los primeros siete meses del año, y que parece va a tener continuidad también durante este mes de agosto que ya concluye y probablemente el mes de septiembre.
Ya en el mes de junio se preveía efectivamente un buen verano en lo que recepción de turismo internacional se refiere; la bajada de recepción de destinos tradicionales mediterráneos como por ejemplo Egipto por cuestiones obvias, en unión a una estrategia de precios realmente agresiva en algunos casos, y por supuesto el propio atractivo turístico que nuestro país posee, ha generado un año que en algunos aspectos como el del turismo internacional efectivamente puede acabar siendo de récords.
En los primeros siete meses citados 2013 habíamos superado la barrera de la recepción de los 34 millones de turistas; una cifra récord, y a fecha de hoy superado el mes de agosto prácticamente, todo apunta a la posibilidad muy real de concluir el año por encima de la cota de los 60 millones lo que efectivamente supondría un hito histórico.
Sin embargo a la par que en junio se realizaban ya estas previsiones, también, encontrábamos datos que nos hacían reflexionar como aquellos que nos indicaban que no se daba un crecimiento de empleo dentro del sector turístico (ni siquiera estacional) acorde a la previsión de crecimiento de recepción que se planteaba. Por entonces el argumento más utilizado a la hora de tratar de encontrar sentido a este hecho se basaba en buena medida en la caída en picado de la demanda interna (que ha sido simplemente espectacular como veremos en los datos de este mes de agosto) así como en un supuesto avance de la previsión de gasto medio por turista que se suponía, erróneamente, iba a bajar.
Pues no: el gasto medio no sólo no ha bajado sino también se ha instalado en cifras de récord ampliando sólo en el mes de julio prácticamente un 4,5% más que en las mismas fechas del pasado año 2012, y manteniendo la previsión en línea para el mes de agosto, una previsión muy importante si tenemos en cuenta que el crecimiento total de los primeros siete meses del año, contando obviamente con ese crecimiento de julio, ha sido del 6%; es decir tremendamente focalizado en los meses de verano y sin contabilizar aún el impacto del mes de agosto.
Debemos tener en cuenta estos datos incluyen también los gastos en origen; es decir los gastos de transportes o agencias de intermediación del viajero, sin embargo, los datos netos de gasto en nuestro país van a confirmar por supuesto esa tendencia de crecimiento.
Por tanto, efectivamente, llega más turistas, gastan más y sin embargo el sector presenta un menor nivel de empleados y un nivel salarial más bajo; se cumplen pues las peores previsiones, aquellas que hablaban no de una disminución del gasto por turista, no de un reajuste de las intenciones del turismo internacional, sino de un reparto del trabajo entre menos que además cobran menos; un combinado preocupante para el futuro del sector a pesar de que, obviamente, las cifras del turismo sean buenas en una primera lectura.
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