El lunes, en plena subida, los grandes mercados mundiales tanteaban la ruptura de las resistencias que los hubieran llevado hacia nuevos máximos que, en el caso del Ibex se traducían en la superación de los 11.000 puntos. Sin embargo, el viernes anterior, Estados Unidos daba el primer aviso con un dato de desempleo preocupante.
Esta semana, las malas noticias se extienden como la pólvora, desde la primera economía del mundo hasta China, pasando por el Reino Unido. No es que los inversores no contaran con estas noticias -había importantes sospechas de que podrían llegar-, pero el hecho de que se hayan conocido casi a la vez y hayan cogido a las bolsas en plena carrera alcista han puesto los mercados en ebullición.
Hay al menos cinco razones de peso para abrocharse muy fuerte el cinturón en lo que queda del mes de agosto. Esperan muchos bandazos en las cotizaciones en unos mercados que desconfían de la recuperación económica global pero que no renuncian a perder definitivamente el sesgo alcista que los analistas han pronosticado para este mes.
-La Reserva Federal ayuda, pero no tanto. El martes por la tarde, la Fed anunció la compra de más bonos del Tesoro para sostener el crecimiento económico. Era elreconocimiento de que la primera economía del mundo no despega. “La decisión implica el reconocimiento explícito de que el crecimiento económico está siendo más lento de lo esperado”, aseguran los analistas de Bankinter, para quien la medida podría no ser suficiente.
-De dato en dato. De momento, las últimas cifras de la economía estadounidense dan miedo. Las de empleo, las de inventarios mayoristas y ayer las de déficit comercial han rebasado con creces las peores expectativas. Cada nuevo dato puede provocar una pequeña revolución en las bolsas. Hoy es el turno de las peticiones iniciales de desempleo y los precios de importación. Pero el plato fuerte llega el viernes. Es día de alto riesgo con la publicación del índice de confianza de los consumidores de la Universidad de Michigan, las ventas minoristas y el CPI o tasa de incremento interanual de los precios.
-Esa espada de Damocles llamada China. Los últimos datos dan la razón a los escépticos que dudan de que China pueda tirar más del carro de la economía mundial. La producción industrial de julio ha mostrado su menor ritmo de crecimiento de los últimos 11 meses, las ventas al por menor se han quedado por debajo de las previsiones y las importaciones han perdido empuje. El resultado es que la aportación de China al crecimiento mundial será menor.
-Reino Unido remata la faena. Otra de las grandes economías más cuestionadas, Reino Unido, ha puesto negro sobre blanco que el camino hacia la recuperación será largo y tortuoso. Ayer, el Banco de Inglaterra rebajó su previsión de crecimiento en el año 2011 hasta el 2,5%, frente al 3,4% anterior. No es una sorpresa total –el martes el diario Financial Times se cuestionaba abiertamente la metodología utilizada por el organismo para realizar sus predicciones- pero es más que suficiente para que los inversores tengan que volver a replantearse el nuevo escenario de crecimiento en Europa. Un ajuste necesario que ya ayer pasó factura a la renta variable.
-Mar de fondo para las divisas. Paradójicamente, el euro ha salido tocado de las dudas sobre el crecimiento de las principales economías y, muy especialmente, de la americana. “Todavía es pronto para invalidar la tendencia alcista del euro, pero una ruptura del nivel del 1,2935-10 frente al dólar nos llevaría a anular esta posibilidad” aseguran los expertos en divisas de FinAgentes. Además, el yen continúa disparado frente al dólar, en máximos de quince años. Estos fuertes movimientos en las principales monedas van a continuar en las próximas sesiones y van a dar más volatilidad a los mercados de acciones.