Resulta curioso, aunque sí se rasca un poco en la superficie del problema se entiende mejor, la posición de enconamiento y enfrentamiento que un tema como la subvención al cine español lleva provocando unos cuantos años, una especie de bronca colectiva de posturas aparentemente irreconciliables en la que además, por ambas partes, se esgrimen mentiras completas a modo de verdades absolutas; lo que indudablemente le da a este debate un punto tragicómico digno efectivamente del séptimo arte.
Al final, este debate, que viene de largo y de sin duda tanto que ver con la postura de una parte significativa del sector cinematográfico de nuestro país ante el anterior paso por el gobierno del Partido Popular, como, es cierto, una cultura de la subversión con un arraigo muy por encima de la media europea, ha quedado focalizado en un debate manipulado por ambas partes sobre la conveniencia o no de la subvención al cine español, un debate que en ocasiones y dependiendo de la exposición, pudiera resultar poco comprensible.
No hace mucho tiempo teníamos un buen ejemplo por parte del actual gobierno en boca del que parece se ha convertido en flagelo de la subvención cinematográfica, Cristóbal Montoro, que minimizaba el impacto del aumento del IVA cultural para despacharse en la justificación de la reducción de las subvenciones tanto en la caída de taquilla como en el volumen de recaudación de las películas españolas, a su juicio por problemas de calidad.
Estas declaraciones contestadas incluso por su propio partido político, no son además ciertas. Al margen del tema de la calidad en el que obviamente puede intervenir las percepciones personales, tanto la taquilla como en consecuencia la recaudación del cine español en el año 2012 presenta cifras superiores a por ejemplo el año 2008. En los datos oficiales proporcionados por IICAA resulta que en el año 2010 el cine español recaudó algo más de 99 millones de euros, mientras que en el periodo de referencia utilizado por el ministro Montoro, el año 2012, la recaudación se elevó prácticamente hasta los 120 millones de euros, convirtiéndose en el mejor año de recaudación de los últimos 25.
Esto contrasta profundamente con las subvenciones proporcionadas a través del Fondo de Ayuda a la Cinematografía, que en el año 2010 presentaba un presupuesto de 80 millones de euros mientras que en el año 2012 la cifra de presupuesto descendía hasta los 49 millones, que para el presente 2013 a su vez descendió hasta los 39 millones de euros.
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