Aún nos encontramos en un contexto de tipos de interés en mínimos. El “precio” oficial del dinero aún se encuentra en el 1%, sin embargo, nos inundan las ofertas de depósitos con remuneraciones cercanas y aún superiores al 4%.
La última apuesta del mercado, en este sentido, fue el Depósito al 4,5% de Banco Popular, una colocación a 12 meses, con alta remuneración y sin vinculación ni importe mínimo de inversión.
Asimismo, Caja Madrid, ha decidido reavivar el fuego en esta segunda etapa de la guerra de los depósitos desatada en marzo pasado, lanzado una colocación a 12 meses con una rentabilidad del 4%.
Las entidades, parecen querer recomponer sus balances y captar pasivo que les permita seguir creciendo y expandiendo su actividad, a toda costa, aún abonando intereses muy superiores al oficial del mercado.
Es que la liquidez, se ha convertido en una prioridad para las entidades, y los depósitos es la forma más rápida y efectiva de captarla.
La captación de dinero en los mercados internacionales, es una opción que queda vedada para la mayoría de las cajas españolas que no gozan de una buena salud económica. De esta forma los depósitos se convierten en la única salida para muchas entidades, aún si el precio que deben pagar por la tan preciada liquidez es más alto de lo normal.
Frente a otras alternativas de inversión, como podrían ser los fondos de inversión, los depósitos son los ganadores indiscutibles.
Según Morningstar los fondos monetarios, que serían los que más se parecen a los depósitos, sólo ganan un 0,22%. Junto a ellos, encontramos otros competidores de los depósitos: los fondos de renta fija a corto plazo los cuales se anotan un magro 1,5%.
Ante este panorama, vemos como los fondos encuentran difícil la posibilidad de competir con los rendimientos ofrecidos por depósitos. Es así que la industria registra, en lo que va de 2010, reembolsos de más de 11.500 millones de euros.
La inversión en renta pública no brinda mejores perspectivas. Las letras a tres meses ofrecen un rendimiento cercano al 0,8%, las obligaciones a 10 años un interés del 4% y las obligaciones a 30 años el 4,9%.
Para obtener con estos productos, un rendimiento cercano al que ofrecen los depósitos debemos pagar un alto coste de oportunidad, derivado de una inversión por un periodo tan largo y en un producto que no es segura en un cien por cien.
De acuerdo a la opinión vertida por varios especialistas, estas circunstancias, promoverán la continuidad de la guerra de los depósitos. Se espera que las entidades, sigan ofreciendo depósitos con altos rendimientos en los próximos meses, tornando a este producto financiero en una atractiva posibilidad a la hora de diversificar la inversión.