En todos los ámbitos, y con especial relevancia en el sector financiero, estamos acostumbrados a procesos judiciales largos, cargados de documentación, en los que las partes realizan exposiciones de lo más convincente dentro de causas generalmente de impacto mediático notable. Esa es una cara de los pleitos que todos los días se entablan, pero, obviamente existen mas caras. Una de ellas es la de los pleitos ridículos, disputas legales que a priori pueden parecer sin sentido, aunque, como veremos, algunas pueden tenerlo en mayor medida de lo que parece. Estos son seis pleitos ridículos ocurridos en los últimos años.
De hecho, como podemos comprobar, alguno de estos pleitos ridículos se ha convertido de algún modo en parte de la historia más bizarra de los procesos de demandas judiciales ocurridos durante la época moderna, en algún caso incluso sirviendo de base para futuras cascadas de denuncias..
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El ataque de la gaviota
La pasada primavera Cathie Kelly se disponía a salir de su trabajo cuando, según su declaración, una gaviota se abalanzó sobre ella toda velocidad con las alas extendidas impactando contra la zona derecha de su cara, la mujer de 59 años cayó al suelo produciéndose lesiones leves.
Hasta aquí podría haber sido una noticia de sucesos locales en todo caso, el problema salta a los medios cuando la mujer decide demandar a su propia empresa por no haber tenido las precauciones suficientes ante los posibles ataques de gaviotas. Hay que señalar que efectivamente un basurero cercano a la ubicación de la empresa atrae a multitudes de estas aves, sin embargo, el edificio en el que se sitúa la empresa demandada es utilizado a diario por centenares de personas que entran y salen por el mismo lugar en el que fue atacada la mujer, no habiéndose dado jamás una situación similar.
Por cierto, en la declaración la mujer remarcó el mal aliento de la gaviota.
McDonalds y el café caliente
Es posible que usted haya escuchado o leído acerca de una demanda contra McDonalds por un café excesivamente caliente. Esto que parece una de esas leyendas urbanas sin embargo, es real. En el año 1992 una anciana de 79 años adquiere un café para llevar en un establecimiento de la franquicia. Al retirar la tapa del café este se derramó sobre su regazo. Lo cierto es que a partir de aquí lo que la historia recuerda es la demanda de la anciana por lo excesivamente caliente que el líquido estaba, y también se recuerda que ganó la demanda… lo que la historia no recuerda también es que la mujer hubo de ser hospitalizada durante ocho días y sometida a un injerto de piel debido a las quemaduras producidas por el café caliente.
Obviamente Stella Lieback, que así se llamaba la mujer, ganó el pleito.
El juez y sus pantalones
Dicho así, sólo leyendo el encabezamiento, suena a chiste sobre un juez británico y algo que le ocurre por lo que pierde sus pantalones. Y curiosamente la historia de esta demanda va por esa línea. Un juez de lo administrativo demandó por nada menos que 40 millones de libras a una empresa de limpieza en seco por haber perdido sus pantalones.
Los pantalones, distinguibles por un trío de trabillas que se sitúan ambos lados de la banda de la cintura, se habían enviado por error a la tintorería sin acabar de secarse, al juez se le ofreció la posibilidad, devolviendo el pantalón, de llevarlo posteriormente a lo que él no sólo se negó, sino que no reconoció los pantalones, no aceptándolos a pesar de las muestras por parte de los empleados en los recibos de entrada y registro de la prenda que demostraban que efectivamente era la misma.
Ni que decir tiene que no ganó el pleito, y probablemente ganó la reprobación de sus colegas de profesión por hacerles perder el tiempo en una demanda completamente absurda.
Por una piedra en Marte
Hay ocasiones en las que determinadas noticias deben ser analizadas en un contexto. Por ejemplo, en muchas ocasiones polémicas agrias entre corporaciones y determinados investigadores, pueden tener mucho de busca de notoriedad por estos últimos a través de la confrontación sobre todo si ésta atrae el interés mediático.
En este caso no se sabe muy bien cuánto hay de esto, o cuánto hay realmente de interés científico y de búsqueda de la verdad. Cuando el vehículo de reconocimiento de la superficie de Marte, Opportunity, toma imágenes de una roca mientras realiza un reconocimiento, la NASA tras un breve proceso de investigación, acaba concluyendo que el misterio probablemente tiene que ver con un traslado no deseado del objeto por parte del propio vehículo de reconocimiento. Sin embargo, el neuropsicólogo Rhawn Jospeh no sólo no se ha mostrado de acuerdo con esto, sino que exige ante los tribunales que obliguen a la NASA a realizar una investigación a fondo de manera científica sobre el objeto, justificando lo inexplicable de la ausencia de más tomas que permitan intentar aclarar el origen del objeto, remarcando la falta de primeros planos en diferentes ángulos.
En la demanda se solicita que se obligue a la agencia aeroespacial a la toma de al menos 100 fotos de alta resolución y 24 imágenes microscópicas del exterior del objeto para que sean entregadas a él en persona. Independientemente de los posibles resultados de este juicio (aparentemente admitido en primera instancia) el objetivo de promocionarse y promocionar su publicación, una revista a caballo entre lo científico y las teorías de la conspiración, parece haberse cumplido.
Por feo o por derrochadora
Esta sin duda es una de las demandas extravagantes del año. Se trata de la denuncia de un ciudadano chino a su esposa insertada dentro de la demanda de divorcio en la que como motivo fundamental se esgrimía el hecho de haber dado a luz a un bebé feo. El hombre partía de una base muy poco científica; «él es un señor atractivo, ella una señora guapa, en esta ecuación un bebé feo sólo podría ser fruto de una infidelidad«. Durante el proceso la mujer acabó confesando… pero no una infidelidad, si no que buena parte de su aparente belleza se debía a operaciones de cirugía estética por valor de más de 120,000 euros.
El asunto podría haberse quedado aquí, pero si lo hubiera hecho no sería un pleito ridículo… ante esta declaración el hombre contraatacó y volvió a demandar en este caso por haber sido engañado en cuanto a las operaciones. Lo curioso de todo esto es que al final el hombre ganó en un juicio en el que se condenó a la mujer a una multa cercana a los 100,000€.
Mas trágico que ridículo
Efectivamente este último pleito ridículo tiene mucho de trágico ya que esconde dentro de sí asuntos tan poco amables como asaltos, agresiones físicas y prostitución. Sin embargo no nos resistimos a incluirlo en la lista porque es verdaderamente bizarro. Nos referimos a la demanda de un hombre, encargado de la seguridad y gestión de un establecimiento de prostitución. Este hombre demandó a Nike como responsable de la pena de decenas de años de cárcel con la que había sido castigado. El motivo de la demanda arranca cuando durante el desempeño de sus tareas de seguridad en el burdel, interceptó a un cliente que quería marcharse sin pagar y se enzarzo con él en una pelea en la que pisoteó la cara de la otra persona en repetidas ocasiones, tras ser detenido y en el posterior juicio, las zapatillas deportivas de la marca Nike que utilizaba el momento de la agresión no sólo fueron determinantes en el reconocimiento de las huellas dejadas en el rostro del agredido, sino que fueron consideradas armas por lo que aumentó la pena impuesta.
El hombre consideró que Nike le había vendido un arma que dejaba demasiados rastros por lo visto así que demandó a la firma. No ganó el juicio y las deportivas de esta marca siguen sin considerarse un arma.