En esta época donde la crisis parece ser una constante para España, pero que tampoco se aleja de países vecinos como Portugal, Grecia e Irlanda, muchos nos preguntamos si el error es propiamente de cada uno de los países en problemas o bien, es una cuestión estructural forjada con la creación de la moneda común.
Los problemas de la economía de España se pueden resumir o buscar su causa en el euro, que coloca al país ante un freno tal de no poder recurrir a la devaluación de su divisa para mejorar su competitividad y ajustar sus finanzas.
Por otra parte, aparece una presión no antes planeada de los países más desarrollados y fuertes del contexto de la Unión Europea, que buscan “expulsar” de la moneda común a países que no cumplan con ciertos requisitos. Parece ser que algunos territorios como el griego, el portugués y español podrían verse fuera de la eurozona si no mejoran sus cuentas. No olvidemos que a esa pequeña lista deberíamos agregar al flamante quebrado: Irlanda.
Parecería una buena opción volver a la antigua moneda, la peseta, y poder moverse libremente sin la presión general de la Unión… Pero volver a la peseta sería un hecho similar a una catástrofe para España, el costo de vida se encarecería un 30%. La tremenda devaluación de la moneda haría perder poder adquisitivo. Acto seguido, se encarecerían las importaciones y costaría mucho más viajar al extranjero (extranjero ya sería la eurozona). Además, no olvidemos que el barril de petróleo y otros insumos serán mucho más caros, por lo cual la gasolina sería prohibitiva. Los más optimistas, decimos que haciendo esto, se mejoraría la balanza comercial, influyendo positivamente en el saldo de pagos internacionales debido a un aumento en el ingreso por exportaciones y crecimiento intensivo del turismo.
En lo que respecta a un análisis más técnico, Paul Krugman, que recomienda una “devaluación interna” de IPC Blog y salarios para recuperar competitividad. El economista menciona, a su vez, que “España estaría mejor ahora si nunca hubiera adoptado el euro“, el país es “prisionero” de la divisa europea y “no cuenta con ninguna buena opción a su disposición”.
Los procesos de devaluaciones internas son largos y arduos… Requiere varios años de desempleo para bajar los salarios, lo que es igual a menos ingresos mientras que la deuda sigue al mismo nivel, empeorando los problemas del sector privado.
Con una deuda externa que entre la pública y la privada asciende al 350% del PIB. O lo que puede decirse que es igual a producción española de tres años y medio. Por ejemplo, en Argentina del corralito (diciembre de 2001), la deuda externa era de alrededor del 45% del PIB. Entonces, actualmente, cada español debe tres años y medio de su trabajo, pero además, uno de cada 5 no tiene empleo.
Y a esta deuda no se llega de un día a otro, el Estado se ha endeudado para avalar el agujero del sector financiero, debido a lo cual se han emitido bonos de deuda pública.
¿Será la alternativa correcta volver a la peseta? En base al tema de la deuda mencionada anteriormente, se duplicaría el diferencial de la deuda pública. Esto no es un problema menor, porque necesitaremos más de 10 años de trabajo para pagar todo lo adeudado.
Volver dando un paso atrás brutal, con lo cual se incrementaría la prima de riesgo de la economía española de tipos de interés, llevando a una crisis financiera, se perdería la confianza y se volvería a la situación anterior.
Por eso es que una solución realmente, no es devaluar la moneda, y se debe a que las características de esta crisis global no son como las de las anteriores.
El euro es una fuente de confianza y estabilidad… Grandes cambios a corto y largo plazo atacarían el país ibérico de abandonarse la moneda única. Por eso es que hay que plantear muy bien el proyecto antes de dar este paso hacia adelante atrás.
Imagen – Andres Rueda