Cada vez es más sofisticado el servicio que una tarjeta de crédito puede llegar a ofrecer a los usuarios. Algunos servicios, que antaño parecían muy complejos, se han convertido en una costumbre y apenas les concedemos importancia, pero la tienen, y mucha. Uno de ellos es el poder utilizar los cambios de divisa automatizados, pero, ¿realmente merece la pena este servicio?
Aunque vamos a desarrollarlo más a fondo posible este tema, hay que señalar en primer lugar que no hay una respuesta única. Sobre todo, porque no todas las tarjetas ofrecen las mismas prestaciones: si tenemos una tarjeta que nos exime de determinadas comisiones, por ejemplo, los costes finales de las conversiones de divisa pueden ser realmente rentables, en otros casos no.
¿Cómo funciona la conversión de divisa en las tarjetas?
Supongamos que queremos realizar una conversión de nuestra cuenta natural en euros a dólares ya que estamos en un país en el que se utiliza esta moneda (en general esto se puede utilizar con diferentes divisas, pero el cambio euro dólar es el más común).
El sistema realmente los complejos, accedemos al terminal y solicitamos la cantidad que deseamos extraer convertida en dólares. El proceso es automático y realmente rápido, se realiza el cálculo de conversión y se nos ofrece la divisa ya cambiada en metálico.
El proceso de conversión se basa en el tipo de cambio que en ese momento el banco considera que debe aplicar (o el operador de la tarjeta).
Por tanto, como vemos, cuando la tarjeta tiene la funcionalidad asociada de cambio de divisa, el funcionamiento es muy sencillo y no requiere de ningún tipo de acción extra.
¿Qué supone la conversión de divisas en las tarjetas?
La conversión de divisa, aun siendo una acción sencilla, tiene ciertas dificultades que siempre deberíamos valorar. O,[…]Leer noticia completa en la fuente original