Cómo gestionar una herencia (y no arruinarse en el proceso)

Recibir una herencia no siempre es sinónimo de alegría. A veces, puede traer más problemas que beneficios, sobre todo si hay deudas o impuestos elevados que pagar. Si no sabes cómo manejar la situación, puedes acabar perdiendo más dinero del que ganas. Así que, antes de aceptar cualquier cosa, lo mejor es tomarse un respiro y analizar bien el terreno.

Lo primero que tienes que hacer

Nada más enterarte de que eres heredero, hay tres documentos que necesitas conseguir cuanto antes:

  1. El certificado de defunción, porque sin él no puedes hacer ningún trámite.
  2. El certificado de últimas voluntades, que te dirá si hay testamento y ante qué notario se hizo.
  3. El certificado de seguros, por si hay pólizas con beneficiarios que no conocías.

Con estos papeles en la mano, toca ver qué hay realmente en la herencia: ¿son todo bienes o también hay deudas? A veces, la sorpresa no es agradable. Aquí es donde entra en juego el beneficio de inventario, que puede evitarte más de un disgusto.

¿Aceptar o rechazar la herencia?

Mucha gente piensa que una herencia siempre es algo positivo, pero no es así. Puede haber hipotecas pendientes, préstamos impagados o impuestos que te obliguen a rascarte el bolsillo. Antes de hacer nada, tienes tres opciones:

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