Si llevas tiempo viendo cómo sube todo —desde el pan hasta la luz— es normal que te preguntes si estás pagando de más en tus seguros. Y, sinceramente, es muy probable que sí. Lo bueno es que no hace falta renunciar a coberturas importantes para ahorrar. Solo hay que saber dónde mirar, qué ajustar y qué evitar.
Y no, no vas a tener que hacer malabares con términos raros ni pasarte horas al teléfono. Esto va de ser práctico y, sobre todo, realista.
Revisa lo que estás pagando y por qué
Hay algo que mucha gente no hace, y es revisar sus pólizas una vez al año. Te llega el recibo, lo pagas, y sigues con tu vida. Pero, ¿te has parado a mirar si sigues necesitando todo lo que cubre ese seguro?
Por ejemplo, puede que contratases una cobertura de asistencia en carretera completa cuando te compraste el coche… pero si ahora apenas haces viajes largos, quizá estás pagando por algo que no necesitas. O en el seguro del hogar, lo mismo: ¿realmente necesitas cubrir joyas si ni tienes?
Aquí la clave es que pagues solo por lo que de verdad usas, no por lo que “podría pasar pero nunca pasa”.
Subir la franquicia puede ayudarte (aunque no siempre)
Vale, esto depende un poco de tu situación, pero es una opción. Si decides asumir una parte mayor del coste en caso de siniestro —lo que se conoce como franquicia—, lo normal es que la aseguradora te baje el precio del seguro.
Ahora bien, no te emociones. Aumentar la franquicia tiene sentido si tienes un buen colchón económico o si no das partes habitualmente. Pero si eres de los que da un parte al año, igual no te compensa. Es cuestión de echar cuentas, sin[…]Leer noticia completa en la fuente original