Algo se está cocinando en el ecosistema español y va más allá del ruido. Los datos apuntan en una dirección clara: los próximos unicornios no saldrán del comercio electrónico, ni de apps para pedir comida. Vendrán de la Web3, la inteligencia artificial y el sector salud, donde la tecnología empieza a tocar problemas reales con soluciones que escalan. Y lo más interesante es que todo esto ya está pasando, no es promesa de futuro.
Web3 empieza a ser útil, por fin
Hasta hace nada, hablar de Web3 era hablar de humo. Mucha promesa, poco uso real. Pero eso ha cambiado. En España ya están naciendo startups que aplican blockchain para resolver cosas concretas: sistemas de identidad descentralizada, redes autónomas de datos, contratos inteligentes que funcionan sin intermediarios. La clave no está en la tecnología en sí, sino en cómo se utiliza. Cuando algo sirve para mejorar procesos o reducir costes de verdad, el mercado responde. Y ahí es donde algunas de estas empresas están pegando el salto. No buscan levantar millones para hacer marketing, buscan clientes que entiendan el valor. Esa diferencia, aunque suene básica, es la que marca que una empresa tenga futuro o sea un petardazo pasajero.
La inteligencia artificial entra en la fase seria
2023 fue el año del boom. 2024, el año del filtro. Y 2025, el año donde la IA se convierte en negocio de verdad. En España, la inversión en startups de inteligencia artificial ha subido como la espuma, pero no en cualquier proyecto. Solo sobreviven los que aplican la IA a cosas con retorno directo: diagnóstico médico, automatización industrial, eficiencia energética o ciberseguridad avanzada. Ya no vale con decir que usas GPT o que haces algoritmos. Ahora se valora si tu IA reduce costes, mejora tiempos o aumenta[…]Leer noticia completa en la fuente original
















