Un hecho que nos afecta a todos, no tanto por sus consecuencias, sino por el causante y el encubrimiento cómplice de las autoridades internacionales, es el lavado de dinero (también el blanqueo, aunque en menor medida). Ahora, parece ser que el Fondo Monetario Internacional(FMI) se ha comprometido a instar mayormente a los países a que controlen sus medidas, y realizará un cambio en la forma en que evalúa los esfuerzos de los países para combatir el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo, buscando así concentrarse en las áreas de más riesgo.
Según indican fuentes del FMI, se propuso el cambio para ajustar la evaluación de un país a sus circunstancias individuales. Algo simple, como deberían hacer con sus “recetas predeterminadas” donde en vez de aplicar un modelo igual para todas las economías como se hace actualmente, se adecue a la situación particular.
¿Qué es el lavado y el blanqueo?
Técnicamente son sinónimos. No obstante, se utiliza los términos con distintos sentidos, se denomina blanqueo a aquel dinero que circula en el sistema financiero y proviene de evasiones fiscales, delitos tributarios, y otras actividades, las cuales se podrían cuadrar dentro de las “no tan dañinas”. En cambio, el lavado, sería aquel que proviene de venta de armas, drogas y otros productos del mercado negro.