Poco a poco, las entidades financieras están dejando de ofrecer depósitos interesantes a corto plazo, y se enfocan en las imposiciones a largo plazo (superan el año). Los motivos son evidentes, necesitan dinero para financiarse y es por eso que prefieren captar fondos por un período prolongado.
Este tipo de imposiciones que superan el año de vida son atractivas para quienes buscan rentabilidad para el mañana sin la necesidad de recurrir cada tanto a reveer las condiciones con su entidad financiera, sino que evitan las fluctuaciones de la economía dejando “trabajar” sus ahorros.
A la hora de contratar este tipo de ofertas es fundamental tener claridad en cuanto a los números de la economía familiar ya que no podrá conseguir liquidez en caso de necesitarlos. Si bien la mayoría de estas propuestas permiten la cancelación anticipada, suelen penalizar estas acciones con comisiones que disminuyen el tipo de interés resultante.