La crisis de deuda en Europa sigue pendiente de la economía mundial después de una cumbre de líderes mundiales la semana pasada que no pudo producir nuevas soluciones tangibles. En concreto, el Grupo de los 20 en Cannes, Francia, terminó con promesas de grandes jefes globales de Estado para apoyar el crecimiento económico y crear puestos de trabajo. Pero nada más…
Como siempre, el G-20 sirve de muy poco, y es una reunión política sin trascendencia en materia económica. Cada país hará lo que le parezca y la actividad conjunta solo aparecerá cuando se toquen intereses de los líderes como Estados Unidos, Alemania o Francia.
Por esta razón, vemos que las conversaciones a puerta cerrada han dejado escasos detalles sobre el plan integral de la Unión Europea acordado el 27 de octubre.
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