En la época en que vivimos, con la tasa de paro elevada como nunca antes, con las dificultades financieras que se ocultan tras el “nombre de un país grande”, y los problemas para levantar cabeza en términos de crecimiento económico, me pregunto si ¿existe forma de seguir ahorrando dinero, en el caso de ser un parado más?
En esta ocasión, quería acercarme a todas las personas que tienen serias dificultades para llegar a final de mes, es decir, no solo está apuntado a los parados sino también a los que tienen la suerte de contar con un trabajo.
Normalmente, siendo un trabajador con una familia, o bien un flamante parado, usted deberá tener un hogar, que seguramente, no es suyo por completo dado que está pagando la hipoteca o un alquiler. Cuando hay crisis, y si usted es uno de los afectados, es el momento clave para refinanciar las deudas, es el punto justo para aprovecharse de los bancos como ellos lo hacen con nosotros. En los casos de que sea un inquilino, habrá que tener mayor cuidado, pero bien podríamos utilizar las ventajas fiscales y aprovechar para negociar a la baja con el propietario.
Asimismo, nadie está exento de tener un crédito o bien, las tarjetas de crédito. Cuando uno está de paro, habrá que dejar a un lado los créditos cortos y rápidos, sino que se deben cancelar aquellos en mora con cláusulas de intereses abusivas y/o peligrosas.
Por nada del mundo, si pretende ahorrar en un tiempo futuro, utilice su tarjeta de crédito sin saber que podrá pagar cuando llegue el resumen. Además, cuando salimos de compra con nuestro plástico, siempre gastamos más.
Ahora bien, ¿cómo ahorraremos dinero? Claramente, gastando menos. La idea aquí no es conseguir más dinero, sino administrarlo muchísimo mejor que antes. Por ejemplo, en el caso de la movilidad o transporte, uno deberá utilizar el trasporte publico, aunque si por esas casualidades no haya otra opción que el coche, habrá que ver de planificar la ruta mas económica, que puede no ser la más corta.
Si queremos gastar menos, ni pensemos en comer fuera de casa. Comer en casa siempre que se pueda, y cuando se va de compras, se debe llevar la lista previa, con preponderancia en marcas blancas.
Demás está decir que se deben utilizar electrodomésticos de clase A, que, aunque sean los aparatos más caros, abaratan la factura consumiendo un 55% menos. Y lo mismo aplica para el resto, entre los que podemos enumerar al agua, el teléfono, gas, Internet, entre otros.
Aunque parezca que cuando los ingresos son menores porque el paro es mayor, y la cantidad de desempleados nos abunda la tasa de ahorro de las familias tiende a subir: ¿Efecto miedo? Sí, es el efecto del miedo… No sube el ahorro de los parados, sino el de todos aquellos que ven como sus colegas pierden sus puestos. En este sentido, en el segundo trimestre de este año, la tasa de ahorro de los españoles se sitúa aproximadamente sobre el 12% de la renta disponible, un porcentaje mucho mayor que el que se dio en crisis de años anteriores y además esta tasa ha crecido al mayor ritmo de entre todos los países que integran la Eurozona.
Pero el ahorro en paro, aunque sea posible claramente como dijimos, tiene malas consecuencias. Dado que, a la actual situación económica le resulta muy negativo para la economía española porque el consumo interno no se reactiva y esto no ocurre se tarda mucho más tiempo en salir de la crisis.