En este tiempo de restricciones y ventas difíciles, los propietarios deben desarrollar estrategias de venta, que en la medida de lo posible, allanen el camino y permitan concretar la venta de su propiedad.
Estas estrategias incluyen una serie de claves bastante sencillas de seguir, y que si se tienen en consideración se puede evitar estar trabado en meses de negociaciones infructuosas.
En primer lugar, en un contexto de precios decrecientes, es fundamental que el propietario recurra a un especialista para tasar el precio de la vivienda. De esta forma, fijará un valor que se acerque lo más posible a los precios que se manejan en el mercado, haciendo que la propuesta sea adecuada y tentadora para el comprador.Normalmente, los inmuebles cuyos precios se encuentran adecuados a las ofertas vigentes en el mercado, encuentran comprador en un plazo de dos o tres meses.
Luego de haber fijado el precio y que el propietario tenga bien en claro cuál será su base mínima hasta la que está dispuesto a llegar en caso de ser necesario negociar, deberá efectuar una lista de aquellos puntos que considera constituyen fortalezas de su vivienda. De esta forma, al reunirse con el comprador, podrá hacer hincapié en ellos y destacarlos por sobre los pequeños defectos.
No se trata de embaucar o engañar al comprador, sino simplemente de potenciar las cualidades positivas de nuestra propiedad.
El estado de la vivienda será determinante para poder concretar la operación, ya que nadie va a comprar algo que nunca vio.
El primer punto que debemos evaluar seriamente es si realmente resulta necesario invertir en pintar la casa. Si bien, una buena pintada le quita varios años de encima a nuestra propiedad, muchas veces la situación actual del mercado nos lleva a que cueste recuperar el dinero invertido. En varias ocasiones, con una buena limpieza de las paredes y marcos de puerta es suficiente, otras veces, no, y aunque resulte costoso ganamos en tiempo y malos ratos si invertimos y pintamos la vivienda.
Otras claves muchos más económicas y fáciles de aplicar, son las siguientes. Si aún vivimos en la casa que vamos a mostrar, debemos tener muy presente de retirar todos los retratos familiares y aquella decoración que haga a nuestro gusto particular.
Se debe tratar de dejar los espacios lo más despejados y libres de “gustos personales” posibles, de forma que el comprador, encuentre en el ambiente que ve lo que él está buscando, un espacio moldeable a sus propios gustos.
Además la limpieza y el orden resultan fundamentales. Es importantísimo que no haya objetos obstaculizando el paso, ni fuera de su lugar. La cocina y el baño deben estar impecables, sin olor a comida, con toallas limpias, preferentemente perfumados. La primera impresión es única.
Asimismo, en caso de mostrar la propiedad durante el día, debe aprovechar al máximo toda la ventaja que pueda brindarle la luz natural. Descorra las cortinas y deje que el sol haga su trabajo.
Por último no olvide de cuidar pequeños detalles como que grifos, interruptores, radiadores, funcionen correctamente, reemplazar las bombillas fundidas o reparar puertas que no cierran.
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