Todas las entidades bancarias ofrecen a sus clientes diversos productos financieros. El más reconocible, habitual y, sobre todo, el que estamos más acostumbrados a manejar cada día, es la cuenta corriente. A través de ella ingresamos y sacamos dinero, realizamos multitud de operaciones de pagos, transferencias, compras, etc.
De la misma manera que podemos contratarla cuando lo necesitamos, también podemos cerrarla para evitar gastos innecesarios. Para ello debemos seguir una serie de pasos que, si bien son sencillos, debemos hacerlo de una manera muy concreta para tener la seguridad de que se ha cancelado correctamente y también para evitar cualquier tipo de penalización por parte de la entidad.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que no haya ningún otro producto financiero asociado a dicha cuenta o que ésta no esté asociada a una permanencia mínima, sea la que sea. Si esto es así podemos encontrarnos con que, a la hora de cerrarla, la entidad nos exija el pago de una comisión-penalización por no haber respetado la duración de lo contratado. También es importante no tener ningún tipo de deuda con el banco, ya que si es así no podremos hacer la operación de cierre. Una vez tenemos estos puntos claros pasaremos a la siguiente fase: la cancelación de la cuenta.
El primer paso es solicitar de manera oficial la cancelación de la cuenta al banco, bien personalmente en la propia entidad o por escrito a través de una carta certificada. Una vez hayamos realizada esta solicitud, lo siguiente es retirar el dinero de la misma, de la manera que sea más cómoda para nosotros y que acelere los trámites que estemos realizando. O bien cubrir algún descubierto que exista.Al acudir a la entidad a cerrar la cuenta, el propio empleado de la sucursal será el encargado de entregarnos el dinero que tuviésemos en la cuenta, bien en metálico o en forma de cheque, opción esta última menos recomendable.
Después de haber hecho la solicitud y retirar el dinero, lo siguiente es el papeleo. Se nos entregara una serie de documentos para la cancelación de la cuenta que deben ser firmados por el titular o titulares o representantes legales de la misma, que presentarán el DNI. Este es el penúltimo trámite que realizaremos antes de cerrarla definitivamente.
El último paso es pedir a la entidad una certificación conforme la cuenta ha sido cerrada, cancelada, etc. De esta manera no solo nos aseguramos haber hecho el trámite correctamente sino que, además, tenemos una garantía por escrito del propio banco conforme esta se ha realizado. Así evitaremos cualquier problema en un futuro y, en caso de necesitarlo, tendremos un documento oficial que nos protegerá contra cualquier abuso.