Cómo elegir un ETF de bajo coste sin sacrificar calidad ni liquidez

Elegir un ETF parece sencillo hasta que te enfrentas a decenas de opciones, cada una con siglas raras, comisiones distintas y promesas de rentabilidad. Pero no te preocupes. En realidad, encontrar un ETF barato y sólido es cuestión de saber dónde mirar. No se trata solo de pagar poco, sino de asegurarte de que ese producto hace lo que promete: replicar un índice con eficacia, sin comerse tu rentabilidad en costes ocultos.

Qué debe tener un buen ETF para que merezca la pena

El primer paso es entender qué hace que un ETF sea bueno de verdad. Muchos inversores se fijan solo en las comisiones y se olvidan de lo esencial: la calidad del producto. Y eso es un error. Un ETF puede tener un coste muy bajo y aun así darte más problemas que beneficios.

Empieza por el ratio de gastos o TER, que debería ser lo más bajo posible. Hoy en día ya existen ETFs con comisiones del 0,05 % o 0,07 %, pero no te quedes solo con ese dato. Observa también el volumen de negociación diario, porque de nada sirve un ETF barato si luego cuesta venderlo o comprarlo sin perder dinero por el deslizamiento de precios.

Otro punto clave es la liquidez. Asegúrate de que haya suficiente movimiento en el mercado para entrar o salir fácilmente cuando lo necesites. Si el ETF apenas tiene operaciones diarias, te quedarás atrapado con él o tendrás que aceptar un precio peor.

Fíjate también en el tracking error, esa pequeña diferencia entre el rendimiento del ETF y el índice que replica. Cuanto más bajo sea, mejor. Significa que el fondo está haciendo bien su[…]Leer noticia completa en la fuente original

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