De vez en cuando, ocurre. A la fría Europa le recorre una sensación de agravio con sus vecinos del sur. La última en caer en la trampa de las comparaciones odiosas ha sido la líder alemana, Angela Merkel, quien en un acto de partido arremetió contra los latinos.
Literalmente, dijo: «En países como Grecia, España o Portugal no se pueden producir jubilaciones antes que en Alemania. Se trata de que todos se esfuercen un poco de igual manera». También habló de vacaciones. Pues bien, señora canciller, aquí tiene cuatro datos y medio que contradicen sus sensaciones:
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