Blablacar a juicio ¿Es legal o ilegal la actividad de la plataforma para compartir gastos de viaje en coche? ¿Podría cerrar?
Cuando hace poco más de un año saltó a la palestra la polémica de Uber que terminaría con su cierre analizamos qué había de legal e ilegal en la actividad y hablamos de otras plataformas similares para abaratar los gastos del transporte. En ese momento ya surgió el nombre de BlaBlaCar, aunque no para augurar los problemas legales a los que se enfrenta, sino para ponerlo como un modelo de negocio diferente a Uber y donde no había lucro, sino el afán de compartir una serie de gastos de viaje.
Ahora Blablacar ha sido denunciada por Confebus, la Confederación Española de Transporte en Autobús, por competencia desleal. Confebus. La patroal asegura que, como ocurriera con Uber, los conductores de Blablacar carecen de licencia para el transporte de personas y que tras analizar la plataforma, pueden demostrar que hay una serie de usuarios que sí está utilizando la plataforma para ganar dinero con los viajes en lugar de limitarse a compartir gastos. Estos usuarios harían hasta varios viajes en un mismo día como parte de una actividad económica.
Desde el blog de Blablacar recuerdan que compartir gastos es legal y que el objetivo de la plataforma, a diferencia de algunos de los servicios de Uber, no es ganar dinero, sino ahorrar al viajar.
Cómo funciona Blablacar
Para entender mejor todo lo que está ocurriendo y si Blablacar podría o no cerrar el próximo 1 de octubre cuando empiece el juicio lo primero es entender cómo funciona la plataforma. Blablacar nació para conectar a conductores y viajeros para que pudiesen compartir costes a la hora de hacer viajes. En este sentido, una persona que quiere hacer una viaje, Madrid-Barcelona, por ejemplo, publicaría la fecha de salida y el precio por viajar dentro de unos límites marcados por la propia plataforma.
A partir de ese momento, los usuarios interesados en realizar ese trayecto pueden contactar con él y sumarse al viaje e incluso proponer horarios de salida alternativos. Al viajar juntos, se comparten los gastos del trayecto y todos ahorran. El conductor, porque no tiene que pagarlo todo de su bolsillo y el viajero porque se supone que el viaje será más barato que utilizar otro medio de transporte y, sobre todo, mucho más rápido en la mayoría de casos. Además, la plataforma lo adereza con lo divertido de conocer nueva gente y hacer amigos.
¿Y qué gana Blablacar? La plataforma se queda con un porcentaje del coste del trayecto que es del 10% más IVA. Desde esta perspectiva no parece que haya nada de ilegal y de hecho, el artículo 101 de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (LOTT) «los transportes privados particulares no están sujetos a autorización administrativa» y establece que «en ningún caso, salvo el supuesto de percepción de dietas o gastos de desplazamiento para su titular, el transporte particular puede dar lugar a remuneraciones dinerarias directas o indirectas».
La clave en este punto es si hay o no personas que se lucran a través de Blablacar, si la compañía lo sabe y el porcentaje de usuarios que usa la plataforma con este fin. Desde El Confidencial realizan un interesante ejercicio sobre cuántos viajes sería necesario hacer para ganar el Salario Mínimo Interprofesional y llegan a la conclusión de que serían necesarios 16 trayectos Madrid-Barcelona, Barcelona-Madrid (8 viajes en realidad para lograrlo). Eso sí, estos cálculos no incluyen, como recuerda, la inversión en término de horas ni el desgaste del vehículo o los gastos de pernoctación, en caso de existir.
De nuevo, desde Blablacar aseguran que persiguen a los usuarios que realizan un número anómalo de viajes o sobre lo que tiene sospechas de que se lucran a través de la plataforma y de hecho así quedó patente en uno de los programas de Equipo de Investigación de La Sexta. Lo que también parece claro es que cada vez que surge una iniciativa de este tipo siempre habrá personas esperando para lucrarse y que no siempre será posible impedirlo. Por eso mismo, desde un punto de vista ético sería razonable estudiar el porcentaje real de usuarios que utiliza la plataforma con este fin y quienes hacen el uso para el que fue inicialmente concebida.
Esta es también la principal diferencia con Uber, que sí que incluye en su propia concepción la posibilidad de ganar dinero transportando pasajeros, es decir, haciendo de chófer y taxista pero sin las consabidas licencias. Y esto es lo que hace que en lugar de un intermediario para fomentar la economía colaborativa, como en el caso de Blablacar, estaríamos ante un servicio de transporte.
Ahora está por ver qué dice la justicia al respecto. ¿Es posible su cierre? Lo cierto es que sí, aunque no parece del todo probable. Lo que sí podría es dictaminarse la suspensión cautelar de su actividad a partid del 1 de octubre hasta que se celebre el juicio.
En cualquier caso, aquí os dejamos una serie de Aplicaciones Alternativas para Compartir Coche.
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