Hace menos de dos meses, dedicábamos en este espacio una mención especial al Plan Avanza y, en concreto, a su Tercera Etapa para los años 2011-2015, que planteaba metas ambiciosas, como situar a nuestro país en una posición de liderazgo en el desarrollo y uso de productos y servicios TIC avanzados.
Conscientes de la importancia que tienen este tipo de iniciativas para el desarrollo de las PYMEs y, en especial, para la automatización de procesos básicos como la gestión contable y financiera, animamos a todas las organizaciones de nuestro entorno para aprovechar al máximo sus posibilidades. Aún dudando de si, en la actual situación económica, habría fondos suficientes para desarrollar el Plan en su plenitud, nos pusimos “manos a la obra” para ayudar a su difusión con comunicaciones concretas y con apoyo en la tramitación de las ayudas para nuestros clientes.
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y, más, cuando se es dado al optimismo por naturaleza, pero la verdad es que esta vez “el jarro de agua fría” nos ha bañado antes de lo esperado. Desde antes del verano y para el Plan Avanza, en la página del ICO ya estaba colgado el Aviso: Fondos Agotados Temporalmente. Ingenuamente pensamos que lo de “temporalmente” era de verdad temporal y que la situación pronto se solventaría, y más, después de que el Gobierno anunciara su Plan 2011, en el cual se quería apostar por el sector tecnológico. Dos meses después, sin embargo, en la Web del ICO sigue el mismo aviso: los fondos destinados para el 2010 ya están agotados y hasta el 2011 no habrá más.
Este retraso y la sensación general de que los recursos destinados son insuficientes, ha disparado las alarmas.
La verdadera magnitud del problema
Impulsar la adopción de las nuevas tecnologías por particulares y empresas no es un capricho. Las TIC han sido un factor fundamental para los rápidos crecimientos de la productividad, desde mediados de los ‘90 hasta nuestros días. Los defensores más acérrimos de las TIC, como el antiguo presidente de la Reserva Federal norteamericana Alan Greenspan, consideraban que la Economía basada en las nuevas tecnologías, permitía combinar ritmos moderados de crecimiento, con tasas bajas de paro y de inflación. Aún y cuando no se es partidario de esta defensa a ultranza, hoy ha quedado más que demostrado que la inversión inteligente en las nuevas tecnologías causa mejoras sustanciales en la capacidad y desempeño de las empresas.
Esta fue una razón de peso para el buen recibimiento del Plan Avanza que, en su primera fase 2005 – 2009, planteó impulsar el desarrollo TIC en España y cuyas principales líneas de actuación se mantuvieron en su Segunda Fase 2009-2011. El Plan también fue valorado positivamente por la OCDE, cuyo representante Rolf Alter definió como una política que ha conseguido frenar la brecha digital entre España y otros países de la CE (no olvidemos que, según el informe de DMR Consulting y SEDISI, en el año 2002, España ocupaba los últimos lugares en el nivel de penetración de los PCs en las empresas, de todos los países de la Unión). Para Alter, el Plan podría contribuir de manera importante a la recuperación en España y a la fundación de un nuevo modelo económico sostenible.
Alarmas y desilusión
A finales del agosto pasado, sin embargo, en declaraciones a Europa Press, el presidente de AETIC, Jesús Banegas, comentaba que, a pesar de que el Gobierno haya manifestado en su día la importancia de apoyar al sector de las telecomunicaciones, la «intención, se ha desvanecido». Según el representante de la patronal de empresas tecnológicas, resulta preocupante que, en el 2009, por primera vez en la historia, la actividad del sector de las telecomunicaciones se haya reducido en un 9% y, paralelamente, los recursos públicos destinados al I+D hayan bajado en un 15%, teniendo en cuenta que una salida de la crisis sostenida y sostenible pasa necesariamente por las TIC.
Esta política de inversión choca frontalmente con las aspiraciones de miles de empresas, que confían en las nuevas tecnologías para mejorar sus resultados y competitividad, y también con las recomendaciones de la propia OCDE, que en el informe antes citado definía como “peligroso” un posible frenazo en las inversiones TIC
en España.
Por supuesto que el actual momento económico exige sacrificios y la reducción de importantes partidas presupuestarias. Nada más lejos de nuestra intención, anteponer el impulso de las TIC a otras medidas más urgentes, pero aún así nos queda el gusanillo y la duda de si los recortes anunciados se han planteado separando bien “el grano de la paja”, o a través de una reducción proporcional sin más…Y es que, de darse este último caso, tendremos en el futuro problemas importantes, pues le estamos poniendo freno a una de las principales vías no sólo para salir del “atolladero”, sino para seguir creciendo y mejorando la posición de la economía española en el mercado global.
Artículo de Ignacio Pomar, director general de Datisa. Puedes seguir sus opiniones en el Blog de Datisa.