A medida que transcurre el tiempo aumenta la concienciación con respecto a la importancia del cuidado y la preservación del medio ambiente. Por ello, no es de extrañar que la economía verse sea la economía del futuro, relacionando en una misma ecuación el crecimiento económico y la creación de empleo.
A pesar de que son muchos los que ven incompatibles cualquier tipo decrecimiento económico con el respeto del medio ambiente, cada vez son más las instituciones y empresas tanto públicas como privadas que están incrementando las medidas para preservar la biodiversidad.
Para todos aquellos que os preguntáis en qué consiste la economía verde, las bases fundamentales de este tipo de economía se ciernen sobre la búsqueda de la reducción de la contaminación y de las emisiones de carbono; promoviendo la eficiencia energética y evitando así la perdida de la biodiversidad. Así mismo, la economía verde busca mejorar el bienestar social de las comunidades y, por consiguiente, una mayor equidad social; siendo fundamental la reducción de los riesgos ambientales y el uso eficiente de los recursos de los que disponemos.
Dos términos que van totalmente de la mano son la economía verde y el desarrollo sostenible, entendiéndose éste como el desarrollo que busca satisfacer las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para poder satisfacer sus propias necesidades.
En la economía verde, el medio ambiente es el principal protagonista, básico tanto para el crecimiento económico como para el bienestar de todas personas, puesto que aquellas que dispongan de un bajo nivel de rentas contarán con mayor dependencia de los recursos naturales para sobrevivir, siendo vital el crecimiento y la preservación de este medio, lo que muestra que promover una economía verde fomenta un crecimiento más equitativo.