Japón no es preocupación solamente para los propios japoneses, ni solo por las consecuencias del tsunami y terremoto o la posibilidad de daño nuclear. También lo es para ciudadanos de otro país que tienen su dinero invertido en productos atados al yen y para aquellos endeudados en esa moneda, tal es el caso de los hipotecados en yenes.
Es que una de las consecuencias del terrible desastre natural de la semana pasada en Japón, son los efectos de la apreciación del yen, marcando máximos históricos, lo que hace encarecer la cuota y la deuda de las hipotecas contratadas en esa moneda.
Es así que quienes tentados por las hipotecas multidivisas, se endeudaron en yenes, están preocupados y razones no les falta. Desde la semana pasada, el yen se revalorizó alcanzando niveles de la II Guerra Mundial, en 7 días tuvo un alza de casi el 5%, luego de más de 10 meses de estabilidad en que se movía en el rango de los 112-115 yenes por euro.
Son muchos los expertos que han salido a calmar a la gente, por ejemplo Nouriel Roubini, señala que el yen debería estar más débil frente al dólar a largo plazo, dado que Japón va a necesitar una significativa depreciación del yen para incrementar sus exportaciones netas porque la demanda doméstica será anémica durante un tiempo. Por otro lado, el gasto del país para reconstruir el país conllevará un aumento del déficit fiscal que presionará también a su divisa, algo que beneficiaría a los endeudados en la moneda nipona.
Recordemos que con el boom inmobiliario surgieron este tipo de hipotecas, las cuales presentaron interesantes ventajas durante inicios del 2000, en momentos en que el euríbor se encontraba alto a la vez que en Japón los tipos de interés estaban por debajo del 0,5%. Así fue rentable hasta 2008, cuando el yen se revalorizó hasta en un 50% y el Euribor bajó a mínimos históricos, por lo tanto las hipotecas en yenes aumentaron hasta un 50%.
Por lo que una dificultad que se presenta en las hipotecas multidivisa es la llamada doble variabilidad, es decir, al tipo de interés referenciado, como el Libor (Londres), y al tipo de cambio euro-yen. Este tipo de hipotecas son revisadas mensualmente, la cuota se modifica así como el valor total de la deuda, por ello quienes tengan la mala suerte de tener que revisar su cuota por estos días, verán seguramente incrementar su cuota, pero si las percepciones de los analistas económicos son correctas, al mediano plazo el yen debería bajar y disminuir así el valor del capital adeudado.
Con esta preocupación a cuestas, el Banco Central Europeo a través de una acción conjunta con el G-7, comenzó a intervenir en los mercados cambiarios del euro contra el yen. Además el viceministro de Finanzas japonés dijo que el G-7 está dispuesto a «actuar decididamente» otra vez si persiste la especulación en el mercado cambiario. La última vez que el G-7 acordó una intervención conjunta fue hace una década para revertir el desplome del euro tras su lanzamiento en 1999.
Luego de la intervención el euro se ha revalorizado un 8% frente al yen desde el máximo (115,24) y el mínimo (106,44) en 24 horas. Para los propios japoneses el alza del yen fue generada por especuladores, y si la misma persistiera la economía japonesa se arruinaría y la economía del mundo entero sería perjudicada.
Aunque son pocas las hipotecas multidivisas que quedan, si bien en el último tiempo se habían vuelto atractivas por la estabilidad del yen, la tasa de interés planchada en Japón alrededor del 0% y con perspectivas de mantenimiento al largo plazo, también la contratación de hipoteca en franco suizo resultaba interesante, no todos saben que se puede cambiar la moneda de la hipoteca contratada, pasando a euros en cualquier momento, claro que hay que saber hacerlo a tiempo. El problema es que pasarse moneda tiene un coste importante ya que debe abonarse una comisión de reconversión del 2 por mil sobre el capital y en ocasiones, una comisión por cierre de ese préstamo y la contratación de otro.
Hasta hace diez días todos auguraban un yen a la baja y aconsejaban este producto, pero lo inesperado sucedió y cambió la tendencia de la cotización de esta moneda, que igualmente no se espera que se dispare, ya que las entidades europeas y japonesas trabajan para controlar ese valor. Por eso surge la pregunta ¿será el momento de endeudarse en yenes, si se espera que la recuperación económica de la catástrofe natural lleve al yen a la baja? Claro, que la hipoteca es una deuda a largo plazo, y nadie puede prever que sucederá en 20 años…