Debido a la depreciación del dólar la estabilidad de Japón es afectada ya que el país cuenta con la segunda reserva más grande de dicha moneda detrás de China. Ayer por la tarde el dólar se intercambiaba a 85.5 yenes consecuencia de los débiles datos que arroja la economía de Estados Unidos, lo que supone su máximo en los últimos quince años, todo un logro para una moneda poco habituada a las subidas.
Los inversores consiguen divisas de bajo rendimiento y las venden para poder invertir en monedas de mejor rendimiento, dicha actividad es denominada carry trade y es impulsada por la caída de las tasas norteamericanas. En consecuencia el dólar se ve cada vez más presionado porque los inversores se vuelcan a la compra del yen para escapar del riesgo.
Más allá de que Japón rara vez intervenga en el mercado de divisas, los observadores del mercado esperan que compre dólares para aliviar la presión sobre los exportadores controlando el aumento del valor del yen. La última intervención de Japón en el mercado de divisas fue en el 2004 dónde logró adquirir casi la mitad del Tesoro que hoy ostenta.
Un factor importante para la lenta recuperación de la economía mundial se debe a que China y Japón se preocupan por mantener sus reservas asumiendo el costo de la subida del yen, aunque todavía hoy no signifique una preocupación importante