No por muy acostumbrados que estemos deja de sorprendernos que en un proceso de integración de diferentes naciones, como es la Unión Europea, y más concretamente, el Euro, sean dos países, como Francia y Alemania, los que marquen las pautas a seguir por el resto, algo que crea una clara asimetría en la toma de decisiones genéricas. Pero así es como está montado el negocio, y así es como ha vuelto a suceder esta semana.
La reunión bilateral entre Sarkozy y Merkel, entre Francia y Alemania, ha vuelto a dejar claro quien manda en la zona Euro, y ha marcado la agenda para el resto de países en los meses venideros, con dos puntos clave: unión económica real y techo de gasto fijado constitucionalmente.