«No hay alternativa. Si no se avanza en la construcción de una Europa más unida, España volvería a la peseta y estaríamos como en la época del seiscientos». Así de gráfico se mostró el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García Margallo durante su intervención en el curso organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.
García Margallo, que está participando en las reuniones de preparación de la cumbre europea de mañana, reconoció que Europa ha fallado en su intento de contener una crisis que reconoció política y como tal demanda soluciones políticas para salir de ella. Al parecer, los países europeos tienen claro el camino que deben seguir, lo que no está tan claro es que estén dispuestos a recorrerlo porque el viaje supone ceder la independencia nacional.
Mientras se habla de recortes, ajustes, subidas de impuestos y demás medidas económicas parece claro que se ha llegado al consenso de que todo eso sin unión política no tendrá ningún efecto.
Las claves para frenar el acoso al que están sometiendo los mercados a Europa son:
1. Integración financiera. En la práctica esto es la integración bancaria. Si en la práctica hay entidades financieras que trabajan en diferentes países de la Unión Europea sin ningún tipo de cortapisas, no tiene sentido que estas tengan que responder a legislaciones distintas según el país.
2. Supervisión Europea. Mucho menos sentido tiene que el mismo banco, con las mismas prácticas sea supervisado por distintos reguladores en cada país. Es imperiosa, según García Margallo, la creación de un único supervisor europeo con capacidad de intervención directa, sin tener que consultar previamente a las autoridades de cada país.
3. Mecanismos anticrisis comunes. El problema de la crisis actual es que mientras que hay unos países sumidos en la depresión económica para otros, Alemania entre ellos, la crisis es algo que apenas ven en la noticias de los telediarios. Por eso, es muy complicado aplicar medidas genéricas. Para avanzar en la construcción europea, los expertos parecen tener muy claro que hay que definir protocolos de actuación para mitigar estos desequilibrios.
4. Unión Fiscal. Es el paso más polémico, ya que significa que Europa debe definir unos límites máximos de endeudamiento para cada país y aquel que quiera superarlos deberá justificarlo con precisión y conseguir la autorización de la Unión para modificar los presupuestos. En definitiva, de aprobarse esta medida, los países miembros estarían cediendo gran parte de su soberanía fiscal a la Unión y eso, en muchos casos, da miedo.
5. Mutualización de la deuda. Este paso no es necesariamente la creación de eurobonos, pero sí debería tender a su implantación progresiva. El modelo, según el Ministro de Exteriores, debería definir la creación de un cesta de bonos en las que cada país aportara y recibiera en función del porcentaje que le corresponda por su peso en la Unión ( en el caso de España sería de un 12%). «Con esto estaríamos creando los estados unidos de Europa», sentenció García Margallo.