Housers: una nueva forma de inversión inmobiliaria

Para aquellos que cuentan con un cierto capital que desean invertir, las inversiones inmobiliarias han sido tradicionalmente en nuestro país uno de los sectores más atractivos. Sin embargo, las consecuencias de la crisis y, más en concreto, de la explosión de la burbuja inmobiliaria, no solo castigaron de forma severa al sector, sino que provocaron un incremento inusitado de la desconfianza de los inversores en este tipo de activos. No obstante, ahora que han pasado diez años y que en el ámbito de la economía doméstica española ciertos indicadores comienzan a dar indicios de recuperación, muchas miradas se ponen de nuevo en el terreno inmobiliario para testar si y cómo se ha recuperado de su gran crisis. En este sentido, lo primero que sin duda notaremos si nos acercamos al mercado inmobiliario actual, es que algunos de sus pilares permanecen inmutables, mientras otros han sufrido cambios ciertamente significativos. Como consecuencia, es importante comprender a qué razones obedecen dichos cambios y permanencias para dirimir si el mercado inmobiliario asiste efectivamente a la ola de recuperación que parece atravesar el Estado español.

ITM_34

Si echamos un ojo por encima al sistema de inversiones en el sector inmobiliario, observamos por una parte que ciertas formas de inversión se mantienen con bastantes similitudes al pasado, si bien quizás con un diverso impacto. Por otra parte, vemos que también al sector inmobiliario han llegado ciertos neologismos que por ahora se mantienen en el ámbito de lo desconcertante para muchos de nosotros. En cualquier caso, fenómenos como el de los housers se han ido instalando en nuestro país bajo el paraguas del llamado crowdfunding inmobiliario, sin que muchos inversores acierten a comprender sus diferencias con las demás opciones inversoras. Por este motivo, en este artículo nos centramos en explicarte las tres principales ramas de la inversión que están a día de hoy disponibles para que puedas hacerte una idea de cómo se segmenta este mercado de por sí tan complejo.

Uno de los factores que diferencia de manera más marcada a las distintas opciones de inversión en este mercado, es su relación con las barreras de entrada intrínsecas al mismo. En la economía real, los bienes inmobiliarios presentan importantes barreras de entrada que tienen que ver con el coste inicial que ha de asumirse y con los relativamente largos plazos de amortización. De ahí que ciertas formas de inversión se especialicen en aunar capitales de varios inversores para realizar esa entrada con un capital conjunto. Así mismo, la opción de inversión escogida variará significativamente en base a las rentabilidades esperadas y a la propensión al riesgo por parte del inversor. Dicho esto, veamos sus características de manera más pormenorizada:

Inversión directa en bienes inmuebles

Sin duda, la adquisición de bienes inmuebles es la manera más habitual para muchos inversores de acercarse al sector inmobiliario. No obstante, el principal problema que reviste esta inversión es que requiere un gran esfuerzo de capital inicial y, por lo tanto, una larga amortización. Una alternativa a la compra de bienes inmuebles son las denominadas SOCIMIs o Sociedades Cotizadas Anónimas de Inversión en el Mercado Inmobiliario, que cotizan en el sector bursátil. A diferencia de la anterior, lo que hacen estas compañías es adquirir carteras de inmuebles que después se dedicarán al alquiler hasta que se produzca la venta. En España están cotizadas tanto en el Mercado Alternativo Bursátil, como el en mercado continuo o en el IBEX35. Al igual que cuando hablamos de inversión directa en bienes inmuebles, las SOCIMIs se basan en activos tangibles, por lo que proporcionan una garantía real. Su ventaja frente a la anterior es, sin embargo, que acostumbran a ser gestionadas por profesionales del sector. A esto hay que sumarle las ventajas de la cotización en bolsa y un cierto grado de diversificación que no sería fácil obtener con una cartera propia.

Fondos de Inversión Inmobiliarios (FII)

A diferencia de las SOCIMIs, los FII no tienen personalidad jurídica. En términos legales, estaríamos hablando de una Institución de Inversión Colectiva de carácter no financiero. Esto es, un patrimonio colectivo que una sociedad gestora invierte en la adquisición de activos inmobiliarios para su arrendamiento. Ahora bien, respecto a las SOCIMIs, su gestión suele ser más barata, ya que las comisiones cuentan con un tope máximo legal. En fondos.com nos explican más sobre el asunto.

Crowdfunding inmobiliario: el fenómeno de los housers

Una de las tendencias más de moda en el sector es el llamado “crowdfunding” inmobiliario, que se propone como un modelo de financiación participativa que ofrece oportunidades tanto para el desarrollo de proyectos como para la promoción de la inversión. En este ámbito, Housers es la primera plataforma de “crowfunding” inmobiliario en España. Ahora bien, hay que tener en cuenta que el nombre puede dar lugar a engaños. En realidad, se trata de un conglomerado de sociedades limitadas en las cuales un inversor se puede convertir en socio con una participación de 50 € mínimo. En este sentido, al no ser supervisado y regulado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, este modelo no se trataría de un “crowfunding” en sentido estrictamente legal.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.