El turismo es el sector que mejor ha aguantado los envites de la crisis, pero su fortaleza empieza a deteriorarse sobre todo por el lado de la demanda nacional. Con una tasa de paro cercana al 25%, un gran mayoría de las familias españolas ha optado este año por pasar las vacaciones en la piscina de la urbanización o a la sobra de la terraza del parque.
Según las declaraciones de Juan Molas, presidente de la Confederación de Hoteles y Alojamientos Turísticos, recogidas por el diario Cinco Días el gasto turístico se han derrumbado un 40%. Antonio García, presidente de la Asociación de Hoteleros de la Costa Tropical, asegura que «El mercado nacional está en caída libre. Si esto continua así el sector no aguantará otro año». En contra de la opinión de José Manuel Soria, ministro del ramo, ambos son pesimistas de cara a la evolución de los datos para finales de año.
Destinos como Túnez que se había desplomado por la rebelión árabe del año pasado, ya han comenzado al recuperación con crecimientos del 30% respecto al año anterior. Otros como Marruecos están plantando cara a las playas españolas con unos precios muy competitivos. Aún así, el turismo internacional es lo que sigue salvando al sector. Las cifras son muy similares a las del año pasado. La llegada de turistas del Reino Unido es fundamental para España, ya que representa el primer mercado emisor, con una cuota del 25% de los visitantes extranjeros. El mal tiempo y la celebración de los Juegos Olímpicos han animado a muchos británicos a visitar los destinos de sol y playa y eso ha propiciado que las malas perspectivas para la temporada alta hayan mejorado. «De los ocho puntos de caída previstos hace un mes para toda la temporada alta se ha pasado en el último mes a una previsión de descenso de dos puntos», subraya Juan Molas, presidente de la Confederación de Hoteles y Alojamientos Turísticos.
A este repunte del turismo británico se ha unido el crecimiento de visitantes de Europa del Este, en especial de Rusia, Ucrania y Polonia.
La próxima subida del IVA no augura nada bueno, según los directivos del sector. A partir del 1 de septiembre gravará con un 10% las actividades de hostelería y restauración. «España tendrá el IVA más caro de toda Europa y del Mediterráneo, algo que sin duda puede afectar a la entrada de turistas extranjeros», advierten.