Los grandes suelzados de los directos de la banca de inversión no gustan a nadie más que a ellos. La sociedad no los ve con buenos ojos y los accionistas de los bancos también los penalizan, mucho más cuando las cuentas de esas entidades no son lo que se dice una fiesta. Por esta razón, JPMorgan está considerando rebajar las bonificaciones a su máximo directivo James Dimon y a otros ejecutivos, y en la misma línea estaría actuando Citigroup, según el periódico estadounidense The Wall Street Journal.
JPMorgan, que ha perdido alrededor de 5,8 millones de dólares por operaciones fallidas en el mercado de derivados, estaría estudiando la fórmula menos dañina para realizar esos ajustes. De tal forma que se baje el bonus, pero quizá no los honorarios totales que los directivos se llevan a su casita cada mes. Por su parte, Citigroup está revisando el plan de compensación a sus directivos con el objetivo de recuperar el apoyo de los inversores que en abril habían rechazado ( de forma no vinculante) la actual estructura de remuneración a los directivos.
Desde el comienzo de la crisis, esta actitud de los bancos ha sido una de las más criticadas por la sociedad civil. Mientras las grandes entidades tuvieron que ser rescatadas con el dinero público, muchos de su directivos incluidos los que estaban en el poder cuando se estaban diseñando las grandes operaciones financieras que les llevaron a la quiebra se fueron a sus casas con suculentas indenmizaciones, mientras que son los ciudadanos de a pié quienes sufren las consecuencias de esos ajustes con fuertes restricciones de crédito y una escandalosa subida de sueldos.
En España, sólo hay cambios por imperativo legal
El ejemplo ha cundido y en España se ha visto como los ex presidentes de cajas quebradas se han embolsado suculentas indemnizaciones, ante las atónitas miradas de los ciudadanos. Como ya contamos en Financialred el pasado mes de mayo, los culpables de la crisis en este país se han embolsado más de 100 millones de euros.
A raíz de estos escándalos, el Gobierno de Mariano Rajoy, ha intentado frenar esos abusos y en febrero de este año aprobó un normativa para bajar el 70% el sueldo a los directivos de la banca nacionalizada, que ha sido reforzada limitando a 500.000 euros, el salario para los altos más altos de los bancos que tengan acceso a las ayudas de Estado. Esta misma legislación, establecía excepciones para los directivos que proceden de bancos saneados y que han comprado alguno de los problemáticos. Una fórmula que a todas luces parece un guiño a los favores prestados por los grandes bancos al Estado.