El reciente anuncio de la Agencia Tributaria sobre la introducción de notificaciones telemáticas y la reacción de muchas compañías ante esta nueva “amenaza”, nos obliga a plantearnos de nuevo cuál es el papel de la eAdministración para la modernización de las empresas.
El beneficio que aportan este tipo de iniciativas al Estado se comenta ampliamente, (como, por ejemplo, los 15 millones de Euros que la Agencia Tributaria se espera ahorrar con la entrada en vigor de las notificaciones a empresas a través de Internet, a partir del próximo año). Sin embargo, pocos empresarios han sido capaces de reconocer las ventajas de estas medidas para su propio negocio y aún menos han sido aquellos que han buscado herramientas y ayudas para aprovechar las oportunidades generadas.
La Administración todavía no ha conseguido llevar a buen puerto algunas iniciativas tecnológicas muy importantes. Otros adelantos en el ámbito de la eAdminsitración, sin embargo, nos han ahorrado mucho tiempo y dinero, como por ejemplo, las facilidades para el pago de impuestos a través de Internet.
Gracias a estos adelantos, ya no estamos obligados a desplazarnos hasta la entidad bancaria para adquirir los impresos o para efectuar los pagos, no estamos sujetos a los horarios del banco o de la Administración, el plazo se prolonga hasta las 24 horas del día de pago y, además, podemos consultar las últimas declaraciones a través de Internet. En resumen, habilitando la tributación vía Web, la Agencia Tributaria ha hecho que este trámite sea más cómodo, más rápido y menos “costoso”.
Con el “NO” por delante
A pesar de la resistencia de las PYMEs a este trámite electrónico, aquellas que lo han intentado, han podido comprobar que la tributación por Internet es una tarea mucho más sencilla de lo que parece. Pero además, si la compañía dispone de una solución de gestión contable adecuada, las ventajas de tributar por la Red crecen de manera exponencial.
Las modernas soluciones de gestión contables permiten la obtención de ficheros que se rellenan automáticamente en la web de la AEAT, sin tener que hacer cálculos ni teclear valores obtenidos por procedimientos manuales. También se calculan automáticamente los importes a compensar de periodos anteriores y se generan ficheros históricos de todas las declaraciones, además de la disponibilidad de facilidades adicionales para la gestión de las declaraciones, como pueden ser la verificación de la concordancia entre la información contable y los valores acumulados de las facturas, la conciliación para detectar las causas de posibles incidencias, la disponibilidad de un calendario de presentaciones, y un largo etc.
A pesar de que estas capacidades están disponibles desde hace mucho, el número de PYMEs que las utiliza y que, en general, tributa a través de Internet, es todavía muy inferior al deseable. Según AETIC, en el año 2006, sólo un 62,8% de las PYMEs con menos de 9 empleados , que contaban con acceso a Internet, utilizaban la Red para sus gestiones y trámites con la Administración. Contrariamente a lo esperado, en el año 2008 y según la misma fuente, este porcentaje incluso se ha visto reducido al 22,9%. Este dato y el hecho de que la tributación por Internet es obligatoria también para las PYMEs, desde el año 2008, muestra que un importantísimo número de pequeñas y medianas empresas españolas sigue delegando esta labor en su asesor, poniendo trabas a su propia modernización administrativa y malgastando en tareas mecánicas a un recurso tan valioso, al que podría utilizar para un asesoramiento mucho más especializado.
Según el último informe “La Sociedad en Red” de ONTSI, hoy el 100% de las compañías españolas, incluidas las PYMEs, tienen PC, más del 97% de ellas tienen banda ancha para navegar por Internet y en el uso del correo electrónico también se ha avanzado mucho. Sin duda, son unos datos alentadores, pero también es cierto que lo importante de las nuevas tecnologías, y más en el ámbito corporativo, no es tenerlas, sino aprovecharlas.
La innovación empresarial hoy no se debería expresar únicamente en el diseño de unas estrategias rompedoras, sino también en la mejora de toda una serie de tareas que, por insignificantes que parezcan, contribuyen a la eficacia y rentabilidad. Más que nada, porque si no automatizamos nuestros procesos administrativos y contables, más allá de los posibles errores y pérdida de información, simplemente no tendremos tiempo para dedicarlo a pensar y avanzar.
Artículo de Ignacio Pomar, director general de Datisa. Síguelo en el blog de Datisa.