La mitad de las cajas de ahorros españolas está en una encrucijada. Caja España, el grupo BBK, Ibercaja, Unicaja, Unnim, Kutxa, Caja Tres, Vital, Ontinyent y Pollença no van a poder buscar financiación en los mercados nacionales, porque quedan fuera de las exigencias de los inversores.
Su tamaño es demasiado pequeño como para saltar al mercado continuo, mientras que su modelo de negocio no concuerda con lo que buscan los inversores del MAB, la famosa bolsa de las pymes.
De ahí que la situación de todas estas entidades sea mucho más comprometida que la de otras como Banco Financiero -el SIP capitaneado por Caja Madrid y Bancaja- o Banca Cívica, que ya han anunciado que salen a bolsa para buscar financiación y cumplir los nuevos requisitos de solvencia.
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