Trabajar en un banco para acabar haciendo de trilero no es precisamente para lo que estudié.
Esta frase me salió de forma espontánea en la entrevista en Salvados y es una de las que más éxito mediático ha tenido. Admito que para un bancario resulta ofensivo, si no se explica el significado y el contexto de la frase. Ni todos los empleados de banca juegan al despiste con sus clientes ni todos los bancos promocionan esta forma de colocar productos. Pero es algo bastante generalizado, en un grado u otro.
Los que si parece que juegan con nuestros intereses como clientes son los directivos de banca. Los que toman decisiones en los despachos de la alta dirección. Habrá de todo, imagino, pero lo que llega huele fatal. Lo que no puede ser es que se cambien las reglas de juego siempre en beneficio del banco y nunca del cliente bancario.