Los últimos datos de paro sitúan a España a la cabeza del desempleo dentro de la Unión Europea con una tasa del 20,3% según las estimaciones de Eurostat. La cifra no sólo es alta, sino que además dobla la media comunitaria, situada en el 10%. De hecho, sólo Letonia (20,1% en el primer trimestre) y Estonia (18,6% en el segundo trimestre) manejan estadísticas similares.
Además, España también lidera todas las categorías con un paro masculino del 19,8% (más del doble de la media europeoa) y en el femenino con un 21%. A esto hay que añadir a los menores de 25 años, entre quienes el desempleo es del 41,5% muy por encima también del resto de países europeos, especialmente de las primeas potencias como Francia y Alemania.
Aunque el problema del paro no es nuevo para España, parece que cada nuevo dato agrava algo más una situación que las medidas del Gobierno no han conseguido revertir. En este sentido, es cierto que buena parte del plan del Ejecutivo pasa por la formación de los parados para su reorientación laboral y esto es algo que no ofrece sus frutos de la noche a la mañana. Sin embargo, también es cierto que el actual sistema necesita una revisión y de ahí los constantes globos sonda que hemos visto a lo largo de todo agosto.
El primero fue el referido a la posibilidad de castigar a los desempleados que rechazasen ofertas de empleo o que no se formasen. En concreto, se trataría de rebajar de 100 a 30 días el periodo que tienen los parados para rechazar ofertas. El segundo más que un globo sonda es un rumor que desde hace tiempo recorre los medios de comunicación: la rebaja de las prestaciones por desempleo. Por el momento, el ministro de de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, se ha apresurado a desmentir.
En una entrevista en Onda Cero Corbacho afirmó que el Gobierno no tiene «en la agenda» recortar las prestaciones por desempleo y dijo que «otra cosa muy diferente» es que, cuando la economía empiece a crecer y crear empleo, se estudie si las prestaciones por desempleo deben o no modificarse. Hay quienes ya ven en estas declaraciones un claro componente político con las elecciones de Cataluña a las puertas.
Pero dejando de lado el apartado político, lo cierto es que todo el sistema de desempleo español necesita una revisión que mejore las políticas activas y la búsqueda de trabajo. No es nuevo el sistema de prestaciones desincentiva la búsqueda de trabajo y que el alargamiento de las mismas a través de diferentes subsidios tampoco ayuda a mejorar la situación.